☆. Capitulo 14.☆

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Lingling paro en seco mirando el imponente edificio frente a ella

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Lingling paro en seco mirando el imponente edificio frente a ella. Joder, una renta ahí le costaría un maldito órgano y solo para un mes o menos. Orm realmente tiene dinero.

«Puta mierda» realmente no podía pensar en algo más, se ve caro, espacioso y privilegiado, se sentía una intrusa, no quería ni entrar ahí. Quería hacer un berrinche por lo impotente que se sentía, Orm no estaba a su lado y tenía bastante vergüenza de entrar al edificio sola. ¿Por qué no la llevo con ella o la fue a buscar? — Mierda.

Sin más remedio -u opción- cruzo la calle, mirando a ambos lados para que no ocurriera un accidente. Lo dudo bastante al ver las puertas del lugar, mirando a ambos lados de forma nerviosa. Miro el panel al lado de las puertas corredizas, Orm le dijo que presionara el botón con el número de su departamento para hacerle saber que llego o simplemente subir y tocar su puerta sin la necesidad de hacerlo.

No se atrevió a hacerlo así que cruzo las puertas y se fue directo a uno de los elevadores del lugar. Agradeció que no había nadie y ya dentro del cubo metálico suspiro sonoramente. Casi se le olvida el piso pero era fácil de recordar, el último.

Sintió el movimiento y trago pesado, jugaba entre sus dedos ansiosamente. No tardo mucho tiempo y el elevador se detuvo anunciando su llegada con un sonido curiosa. Las puertas se abrieron y un largo pasillo la recibió. Se relamió los labios y se alejó del elevador.

No se veía estrecho, pero tampoco era la gran cosa. Las luces le daban un toque un tanto dorado y al escuchar el elevador irse a sus espaldas se dio cuenta de que solo había una parte en toda la longitud. Paro casi en seco, acomodándose la mochila en un hombro, venía casi saliendo de la escuela.

Se plantó frente a la puerta y miró el timbre a un lado de esta. No lo pensó dos veces o si no se acobardaría y lo presiono brevemente. Comenzó a mecerse entre sus talones después de eso, aferrándose a la correa de su mochila.

Calculo alrededor de casi dos minutos en lo que su nerviosismo carcomía su ser y la puerta por fin se abrió, sobresaltándola — Lingling, buenas tardes — Orm sonrió al verla.

Lingling quedo con la boca entreabierta, muda por lo que sus ojos apreciaban; la castaña vestía un pequeño short de chándal y una sudadera blanca tres tallas más grande, su melena castaña estaba algo revuelta, se veía tan tierna como malditamente sexy y no tenía maquillaje, lo cual le daba un plus por su aura fresca.

Se recuperó de su trance al segundo siguiente, sabía que estaba quedando como idiota de nuevo — B-Buenas tardes Orm.

La mencionada sonrió más amplió, haciéndose un lado para indicarle que avanzara — Adelante, pasa.

— A-Ah, si... con permiso — hizo una leve reverencia el cruzar el umbral de la puerta. Dejo atrás el pequeño pasillo de la entrada y observo el alrededor con la boca abierta. De reojo miro la cocina pero lo que se llevó su atención fue la pared de ventanales, la ciudad era digna de admirar desde una altura así «No me estés jodiendo»

𝘔𝘰𝘮𝘮𝘺'𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 .⁠。⁠*⁠♡ [LingOrm] [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora