ᴅᴏʙʟᴇ ᴠɪᴅᴀ • Cristian Romero

006 「 OLE OLE OLE」

EL ESTADIO DE LUSAIL rugía con la energía de miles de hinchas argentinos. Cala Paredes, sentada junto a sus padres, sentía el vibrar de los cánticos en cada rincón. Era el partido decisivo entre Argentina y Polonia, y la presión de avanzar a octavos estaba sobre los hombros de su hermano Leandro y el resto del equipo. El ambiente en Qatar era sofocante, pero el calor de la hinchada lo superaba.

-Hoy es el día, Cala. Este partido lo ganamos -dijo su padre, con una mezcla de nervios y confianza mientras agitaba su bandera albiceleste.

-Sí, pero hasta que no escuche el pitazo final, no me relajo -respondió Cala, cruzando los dedos sobre su bufanda celeste y blanca.

El himno argentino sonó con fuerza, y Cala observó a Leandro en la cancha, de pie junto a sus compañeros, con el rostro serio y concentrado. Sentir que su hermano estaba ahí, defendiendo los colores de Argentina, hacía que su corazón latiera a mil por hora.

El silbato del árbitro dio inicio al partido, y Argentina tomó el control rápidamente. El balón se movía de un lado a otro, y cada pase entre los jugadores aumentaba la tensión en el estadio. Cala no podía despegar los ojos de Leandro, quien distribuía el juego desde el centro del campo con su habitual precisión.

-¡Vamos, Leo, vamos! -murmuró Cala cada vez que su hermano tocaba la pelota.

En el minuto 38, ocurrió lo que todos en la tribuna deseaban. Messi, en un movimiento magistral, dejó fuera de lugar a dos defensores polacos y lanzó un pase filtrado a Julián Álvarez, que no dudó en disparar al arco. El grito de gol explotó en el estadio.

-¡Gooool! -Cala saltó de su asiento, abrazando a su madre y a su padre con lágrimas en los ojos.

-¡Te dije que hoy era el día! -dijo su padre, riendo mientras las banderas argentinas ondeaban por todos lados.

Cala apenas podía escuchar sus propias palabras en medio del frenesí de la hinchada. El 1-0 había desatado una marea de euforia. Desde la cancha, Leandro levantó una mano, saludando hacia donde sabía que estaba su familia.

El segundo tiempo comenzó con la misma intensidad. Polonia intentaba buscar el empate, pero Argentina se mostraba impenetrable. Cada vez que el equipo polaco se acercaba al área, Cristian Romero y la defensa cortaban cualquier posibilidad.

En el minuto 67, cuando Argentina recuperó el balón en una contra perfecta, Enzo Fernández se hizo con la pelota en el borde del área. Cala se levantó de su asiento instintivamente, como si supiera lo que iba a pasar.

-¡Dale, Enzo, dale! -gritó con el corazón en la garganta.

Y entonces, el disparo de Enzo fue directo al ángulo, inatajable para el arquero polaco. El 2-0 subió al marcador, y el estadio volvió a estallar. Cala saltó de su asiento, abrazando a todos a su alrededor mientras las lágrimas caían de pura emoción.

-¡Sí! ¡Vamos, Argentina! -gritó, entre risas y llanto.

El resto del partido fue una fiesta en las tribunas. Argentina controlaba el balón, moviéndolo con tranquilidad mientras los minutos pasaban. Cala observaba a su hermano, viendo cómo trabajaba incansablemente en el medio campo, asegurándose de que Polonia no tuviera oportunidades de marcar.

Finalmente, el silbato final sonó. Cala soltó un suspiro de alivio y alegría. Argentina había ganado 2-0 y aseguraba su pase a octavos. La hinchada entonaba los cánticos más fuertes que nunca, y Cala no podía contener la emoción.

Leandro miró hacia las tribunas una vez más, y al ver a Cala saltando y gritando, le dedicó una sonrisa y un saludo. Para ella, no había mayor orgullo que ver a su hermano ser parte de ese momento histórico.

-Lo hicimos, lo hicimos -repetía Cala, abrazada a su familia, mientras el estadio seguía vibrando con la victoria.

Juls note!!

Holuus como están?? espero que bien.

Cap super corto, es que estoy re bloqueada gente, el próximo cap va ser mejor o el mejor dios estoy super emocionada. Nos vemos.

coman y beban bien.

Juls