2. Dulce +18

1.2K 58 6
                                    






— Anna ¿Estás ocupada?— Nicholas asomó la cabeza en tu oficina. Eras su asistente durante casi medio año y llevabas aquel trabajo genial.

Levantaste la mirada de tu laptop. — No, ¿qué pasa?— Sonreíste suavemente.

Entró y se sentó en la silla frente a tu escritorio. La forma en que te miró hizo que tus rodillas se debilitaran instantáneamente.

— Me preguntaba si podrías hacerme un favor.— Asentiste, para que continuara.

Estaba jugueteando con uno de sus dedos.

— Quería pedirte que me ayudaras a elegir un outfit para mí esta noche.— Sonrió dulcemente. — Siempre tienes buen gusto y eliges algo bonito para mí y... sí, si podríamos ir a mi casa y elegir algo.—

— No hay problema, claro.— Dijiste, cerrando tu computadora y poniéndote en pie.

Él también se levantó, abriendo la puerta para ti. Podías sentir sus ojos posados en tus caderas, pero decidiste no comentar sobre ello.

El camino a su casa fue rápido y tranquilo. Ambos entraron inmediatamente desde su coche hasta su habitación. Abrió las puertas de su closet y entraste.

— Estaba pensando en algo con estos pantalones.— Tomó y te mostró pantalones blancos.

Asentiste y comenzaste a buscar entre sus ropas. Elegiste una camisa azul claro, acompañado con zapatillas blancas.

Tomó lo que elegiste con una sonrisa. — Sabía que podía contar contigo, amor.— Se rió. — Voy a cambiarme y mostrarte.—

Rápidamente se dirigió al vestidor que tenía en el armario y, después de unos minutos, salió con el atuendo final.

— ¿Cómo me veo?—

— Bien, pero...— Te acercaste a él para agregarle una gorra color azul puesta para atrás. — Sí, eso esta mejor.—

Se miró en el espejo, girando para ver su espalda también. Parecía muy satisfecho con ese outfit.

Cuando finalmente te miró, te sorprendió sonriendo. Se acercó a ti y se detuvo justo al frente, haciendo que tu cabeza se inclinara ligeramente hacia atrás para mirarlo. Solo te miró durante unos segundos antes de cubrir tu mejilla.

— ¿Te gusta?— Estabas un poco desconcertada por su mano en tu mejilla y su audacia en este momento.

— Sí, estas.. estas lindo— Tragaste suavemente. Notó que estabas un poco confundida, así que obviamente tuvo que hacerte más bromas.

— realmente adorable, Anna.— Amaba el efecto que tenía sobre ti, sus pantalones ya se estaban poniendo más ajustados.

— Gracias.— Sonreíste suavemente, sintiendo que tus mejillas se sonrojaban un poco por su comentario.

— ¿Estás sonrojada?— Se rió, acariciando tu mejilla con su dedo.

Te miró de arriba a abajo, claramente desnudándote con sus ojos.

— Yo...— Comenzaste, aclarando tu garganta. Te apartaste de él y su contacto. — Perdón.— Amaba cómo eras tan tímida y vulnerable en esta situación.

Quería tomarte justo ahí y ahora, pero sabía que tenía que asegurarse de que estuvieras de acuerdo con él.

— Tengo que volver a trabajar.— Se rió de tus palabras, sacudiendo la cabeza.

— Quédate, no he terminado contigo aún.— Se acercó unos pasos más a ti, inclinando tu barbilla hacia arriba para que pudieras mirarlo.

En este punto, ambos estaban de pie en su habitación en lugar del closet. — No te vas hasta que yo diga, ¿de acuerdo, amor?—

O.S | Nicholas A. Chavez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora