▬▬▬ 𝗢𝗟𝗗𝗘𝗥 ▬▬▬
La vida de Neila ha sido solitaria desde
que su madre ya no está, pero todo
cambia en cuanto conoce a Tom Kaulitz,
su nuevo profesor de alemán. A pesar de
la diferencia de edad y las innumerables
reglas que los...
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NEILA POV ⋅₊˚. 📍escuela, Seattle
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Era un nuevo día, y la mañana brillaba con un sol radiante mientras ingresábamos a la escuela. Caminaba junto a Leslie, quien, como siempre, era un torbellino de energía y entusiasmo. No pasaron ni cinco minutos desde que habíamos cruzado la puerta del colegio cuando comenzó a hablarme sobre un chico que había conocido hace literalmente un día. Su emoción era contagiosa, pero a veces me preguntaba como podía entusiasmarse tanto por alguien a quien apenas conocía.
── Te juro que fue un amor a primera vista ── decía mientras avanzábamos por los pasillos llenos de estudiantes. Su rostro iluminado por una sonrisita dejaba claro que su imaginación ya había creado un futuro en el que ese chico y ella compartían una vida juntos. Se imaginaba los nombres de sus hijos, y en ese momento, los estaba eligiendo con entusiasmo.
── Edward y Billie, ¿qué opinas? ── continuaba, perdida en sus pensamientos mientras sus ojos brillaban con ilusión ── Quizá uno sería suficiente, o tal vez dos… no lo sé ── bufó con frustración, pensando en las posibilidades. Su voz resonaba entre el bullicio del resto de los estudiantes, pero yo apenas podía concentrarme en sus palabras, probablemente está es una de las muchas fantasías pasajeras de Leslie, como usualmente pasaba.
A medida que caminábamos, nuestros brazos se entrelazaron cómodamente. Pero, de repente, un chico se plantó frente a nosotras, deteniéndonos en seco. Fruncí el ceño levemente, mientras Leslie dejaba de hablar para observar al joven. Lo reconocí de inmediato: era Dylan Baker, nuestro compañero de clases.
── ¿Qué tal, chicas? ── saludó, su sonrisa era amigable y contagiosa. Sus ojos, de un suave marrón, se centraron en mí, y noté cómo me analizaba de arriba a abajo. No pude evitar sentir un ligero rubor en mis mejillas.
── Todo bien ── respondió Leslie con un asentimiento, con esa confianza que siempre la caracterizaba. Dylan sacó de su bolsillo un par de entradas y nos las entregó ── ¿Y esto? — preguntó Less, tomando la tarjeta con su mano libre, al igual que yo. En el papel, un diseño colorido anunciaba una fiesta.
