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En todo el camino a casa (cabaña) pensaba en los dos angelitos que quedaron, espero que estén bien.

Nada más llegar al colegio, Valery y Sara corren hacia mi.

-¡ADRIAN! - no me gusta como suena eso. Hay problemas.

- ¿Qué sucede? - pregunto.

- Es Thomas, se ha perdido, no lo han visto de la mañana, lo hemos buscado pero no aparece. - dice Valery.

- ¿Cómo que perdido? - pregunto aún procesando la noticia.

- Lo hemos buscado por todas partes, pero no está, incluso los chicos que se quedan en las otras cabañas están ayudando. - dice Valery preocupada.

- Tranquila, lo encontraremos. - pongo un mano sobre su hombro.

Lo mejor es guardar la calma en estos momentos.

Fuí corriendo a la cabaña y grité.

- ¡Thomas!

Miré en la sala, cocina y mi oficina, pero no vi nada.

Miré por las habitaciones de los chicos pero no estaba.

Entré a la única que no había entrado, la mía y lo que ví me dejó atónito.

P.O.V. Thomas

Mi nombre es Thomas Dupont, tengo 12 años y estoy en el internado desde hace 4 años, tenía 8 cuando llegué, todo debido a los problemas que mis padres tenían.

Sabía que el lugar no era de los mejores, pero no tenía opción, es el único colegio que cuenta con un internado completo.

La primera semana en el internado fue un infierno, me asignaron a la cabaña N° 4, prácticamente los residentes de esa cabaña, eran mis compañeros de curso y eso incluía a los matones de mi clase. La convivencia en la cabaña era tan insoportable que prefería ir a domir a la biblioteca con la excusa de estudiar que tener la incertidumbre de que al día siguiente me despertaran con un monton de arañas en mi cama como pasó la última vez.

Pero no fue todo, luego de esa semana, todos se habían enterado de las burlas y maltratos que recibía, por lo que los estudiantes mas grandes me acosaban y no solo en forma de burla, también de forma s3xual.

Gracias a Dylan, nunca paso nada grave, él me defendía de los acosadores.

Pero mas allá de esos acosadores, el guardián era uno de mis mayores miedos.

Flash Back

Es un día horrible, odio despertar y ver que estoy en la biblioteca y no en la cabaña, pero es mejor despertar rodeado de libros, que de un montón de sosos idiotas que me hacen la vida imposible.

Camino a la cabaña cuando me aseguro que todos ya han salido, me aseo y pongo mi uniforme, hay una nota en la mesa "Desayuna en el comedor. Tenemos una conversacion pendiente ya que no llegaste a la hora de regreso".

Que pereza, a parte de los goples que me llevo de mis compañeros, también tendré que soportar el castigo del guardián.

Pero no solo el internado era un infierno, cuando volvía a mi casa, las peleas de mis padres eran horribles, insultos, golpes y se olvidaban de mi existencia.

Ellos, mis padres, iban y venían de casa, desde que despertaba hasta que dormía la casa estaba sola. Por las noches, escuchaba la puerta abrirse, mi padre llegaba borracho y mi madre con amantes. Todo era un caos y no lo comprendía.

Cuando tuve 8, mi padre salió de casa a tomar (como lo hacía normalmente), pero nunca regresó. A pesar de no ser un buen padre, añoraba que regresara, porque aunque sabía que era un borracho sin cura, siempre regresaba y ese era mi anhelo. Recuerdo quedarme tardes enteras esperando a mi padre, y preguntar a mi madre cuando llegaba con amantes, pero me azotó y me prohibió sacar el tema.

El GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora