7: Confío en ti

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Realmente no sabía cómo había terminado corriendo así. Ya no entendía nada. Sus pensamientos se negaban a ir más allá de lo que estaba haciendo en ese momento. Sabía que estaba corriendo, le estaba ordenando a sus piernas que no se detuvieran; sabía hacia dónde iba. Pero verdaderamente no sabía por qué o cómo había llegado a esto.

Debía estar loco, demente. ¿Tal vez algo andaba mal en él? ¿De qué otra manera explicaría que en ese mismísimo momento, pasadas las dos de la madrugada, en las oscuras calles de Seúl, corría sin aliento? ¿No debería estar en casa de Sungmin, con sus otros amigos, acostado cómodamente en un colchón? Debería estar con ellos, normalmente sumergido en dulces sueños. Pero no. No, tuvo que ceder. Una vez más, tampoco comprendía esto. De hecho, había muchas cosas que ya no podía entender desde que había conocido a Eunhyuk. Era incapaz de enlistarlas a todas ya que todas parecían tan nuevas, complejas y anormales.

Pero para ser honesto, no podía importarle menos; al menos no ahora.

Corrió y corrió. Su corazón latía tan rápidamente en su pecho que podría romper sus costillas. Respirar era tan doloroso para su garganta que estaba convencido de que allí se había instalado fuego ardiendo. Y sus piernas y tobillos se habían vuelto tan pesados y dolían tanto que pensó que pronto terminarían quebrándose. Pero no detuvieron su camino. Era una muy buena forma de pensar en nada. No quería pensar. Sólo quería, por una vez, darles rienda suelta a sus impulsos.

A mitad de su camino, luego de haber doblado en la esquina de una calle, y haber comenzado a zigzaguear entre los transeúntes, todavía pensaba en sus amigos. Se había ido sin decirle nada a nadie. Probablemente estaba demasiado asustado de enfrentarlos. Pero había dejado una nota en la mesa de café de la sala de estar, diciendo que necesitaba salir a caminar para aclarar un poco su mente, porque no se estaba sintiendo bien. Una excusa ridícula, y lo sabía. Pero fue lo único que se le ocurrió. Y en verdad estaba planeando hablar con ellos al día siguiente para tranquilizarlos.

En cualquier caso, realmente no tenía por qué preocuparse. Su propósito era llegar donde Eunhyuk le esperaba tan rápido como fuera posible. Y una sonrisa se dibujó en sus labios cuando vio las luces azules y amarillas del letrero del club que habían visitado el día anterior. Aunque no tenía recuerdos de esa noche, pudo reconocer el lugar sin dificultad.

Desaceleró lentamente su ritmo y finalmente paró de correr una vez que estuvo fuera del edificio. Lo analizó por un momento, tratando de recuperar el aliento. El lugar era realmente moderno y tenía que decirlo, bastante agradable. No era un club deteriorado y sucio que solo recibía a los menos afortunados. Era todo lo contrario. En primer lugar, había una terraza en la parte frontal del edificio, y las paredes que rodeaban la amplia puerta principal estaban cubiertas de pequeños trozos de espejos. Algunas plantas verdes decoraban de manera bonita el alrededor del lugar. Dentro, después de cruzar un pequeño pasillo cuyo color principal eran tonos de azul y amarillo, te dirigía a un gran espacio con una pista de baile en el centro. Varias pistas pequeñas mesas y una grande ocupaban los costados, y un bar tomaba toda la longitud de una pared. El resto de la habitación estaba decorada con mesas, sillas, bancos y, en un rincón de la parte trasera, protegido de las luces demasiado fuertes y brillantes, te podías sentar a beber con amigos y a comer algunos aperitivos. Todo había sido diseñado para la comodidad de los clientes, complacer la vista y mantener una calidez festiva.

Mientras detallaba las paredes del club, Donghae recordó algunas escenas del día anterior. Pero la pregunta principal en su mente era: ¿Cómo demonios Eunhyuk y sus amigos podían conocer ese lugar y entrar como si nada? Parecía casi lógico que solo personas adineradas y conocidas podían ingresar. ¿No había un guardia o alguien que vigilara? No... ¿Cuál era el nombre de las personas que se supone que monitorean la entrada en un club?

Cielo e Infierno | Re-traducción |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora