Typhlosion el Pokémon con ki

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Delphox era considerada una de las Pokémons más fuertes de la aldea Konoha solo reproducía los Pokemons más fuertes. Ella estaba al mismo nivel de Alakazam y poner Pi psíquico. Sus poderes de fuego, por otro lado, podrían derretir el acero fácilmente. Había sido hibriagada a este local cerca de la aldea porque había escuchado una fuerte estruendo que sacudió toda la aldea, asustando a varios Pokémon en el proceso. Ella, como la élite que pertenecía, fue asignada para averiguar el local. Ella no se esperaba encontrar un cráter, y en el centro de todo esta destrucción estaba una silueta. Era un Typhlosion en el suelo. Inconsciente, corrió hacia él. Pudo notar que tenía algunas heridas. Lo llevó rápidamente a la aldea para que pudieran curar sus heridas. Después le da su informe a su líder. Regresó al hospital para ver cómo se encontraba. Su líder dijo que desde el momento en que se despertaría, estaría bajo vigilancia. No sabía si era un enemigo o un espía Delphox prometió que estaría atenta, Acaso el extrajeron mostrar al alguna amenaza lo detendría de inmediato. Entró en la habitación y lo vió mirando el techo. Él la miró a lo que ella se puso quieta mirando lo con cautela. Luego tomó coraje para hablar con el extranjero.

"Hola, te encuentras bien? soy Delphox, tengo una pregunta y espero que me respondas. como carajos apareciste en un cráter de aquel tamaño? Fuiste tú que lo hiciste y qué te pasó para que estuvieras en ese estado" dijo ella, a lo que Typhlosion soltó un suspiro mientras se sentaba en la cama.

"Lo que me pasó es una larga historia. Además, no me creería si te lo dijera. Yo fui responsable de hacer aquel cráter. Por qué me estreché de una altura muy, pero muy alta y distante de suelo? Estaba en una pelea con un hijo de puta que me tomó por sorpresa. Él ganó, yo pedí y caí aquí. Fin de la historia. Ahora lo único que quiero es estar consciente en una cama confortable que estar en un hospital". Typhlosion dijo mirando en un tono desafiante de brazos cruzados, lo que hizo que Delphox se enojara.

Ese tipo ya no le caía bien, tenía orgullo, cosas que todos los seres vivos tenían. Se acercó a él dándole un golpe en la cabeza con el Pokémon de tipo fuego y fantasma, mirandola con enojo "alguna razón para golpearme."

"Dos razones. Una, está siendo idiota. Dos, no me has contestado del todo. Estás en Konoha, la aldea oculta entre las hojas. Te compré lastimado y todos golpeado. Sabes lo que hiciste? Causaste un terremoto por todo la aldea y seguramente en todo el país. Con quién luchaste? Eres un espía de nuestros enemigos" Ella dijo, mirándolo enojada, con los ojos del blanco mostrando un aura asesina que haciendo que cualquiera que estuviera cerca se desmayaría en el instante.

"No soy un tonto enemigo de esa estúpida aldea. Tampoco soy de alguna aldea famosa o nacional en este estúpido jodido mundo. Solo Soy un Guerrero qué tiene el deber de proteger el mundo, además de luchar contra jodidos enemigos que pueden patear te el trasero fácilmente con ataques que te puede matar en un instante". Typhlosion la desafío. No iba a decir absolutamente nada porque nadie lo creería en primer lugar.

El se levanto mirando la a los ojos para ella, se acercó un poco más a él, estando cara a cara ante de ella. Dale un puñetazo en el pecho donde tenía unos vendajes, perezoso la miraba con cara de enojo antes de caer de espalda contra el suelo, maldeciendo la hembra diciendo que era golpe bajo, Delphox lo mirara victoriosa, ante eso, Typhlosion hizo un movimiento que la hizo caer sobre él. Ha sido que ambos se mirara en los ojos. Delphox se encontraba en una posición comprometedora, con su cuerpo apoyado sobre el pecho de Typhlosion, Sus miradas estaban entrelazadas, sus ojos brillaban con una intensidad que ni siquiera el ardiente fuego de un Pokémon al azar podía igualar. El estaba recostado en la cama del hospital, los vendajes aún visibles en su cuerpo, pero la cercanía de Delphox hacía que esas heridas parecieran insignificantes. Ella tenía una rodilla en el lado derecho de su torso, mientras su otra pierna caía suavemente al lado de él, creando un ángulo que enfatizaba la tensión entre ambos.