Capitulo 1

4.1K 170 16
                                    

Jodeme.

Es el primer pensamiento al momento de abrir mis ojos, para volver a cerrarlos rápidamente. Estiro mis miembros, dándole un respiro a mis articulaciones después de una noche pesada. Bostezo un poco, la calidez del sol comienza a calentar la textura de mis sabanas. Mis nudillos se restriegan con mis ojos, quitando la arena.

Mi cabeza deja de martillear cuando golpeo el lugar correcto sobre el despertador.

Dejo mis sabanas, antes de movilizarme hacia el baño.

Mi reflejo se ve borroso producto del vapor de la ducha después de que salgo de ella. Paso una toalla sobre el cristal, mi cara libre de maquilla me devuelve la mirada.

Solo un montón de piel pálida y ojeras. Moretones de todos los colores posibles surcan mi cuerpo.

La esclerótica de mis ojos tiene un color enfermizo. Los huesos en mi clavícula se notan más que ayer, al igual que mis costillas. Ya casi puedo escuchar los gritos disimulados en susurros de Fiona Bay cuando sepa que no he estado cuidándome para mantener su fortuna, su casa y su familia.

Porque soy la decepción de la familia. La oveja descarriada.

Sonrío sin poder evitarlo. Me encanta.

Trato de ocultar un poco de mis ojeras. Abro el botiquín y tomo las gruesas pasillas que tengo que tragar.

Desnuda, camino hasta mi cocina, sacando un poco de jugo de naranja. Trago. Casi me estremezco por el dolor que recorre mi garganta. Odio esto.

Miro hacia mi reflejo mientras me pongo mis bragas. Mi cabello castaño esta suelto y seco. Mis ojos castaños están opacos como siempre. Nada de brillantes. Paso mi camiseta blanca sobre mi cabeza. Ni siquiera me preocupo por ponerme sostén, mis senos son lo suficientemente pequeños y firmes para defenderse ellos mismos.

Me muevo por mi departamento hasta la mesa de noche, donde saco mi teléfono, notando de reojo las más de 100 notificaciones, y las llaves de mi motocicleta. Una "Cherry" Suzuki GN125.

Tomo mi billetera y me dispongo a salir, cuando recuerdo algo. Mi mochila.

Regreso en un resoplido molesto y la tomo. Tirada a un lado de mi cama. Por lo menos recordé guardar lo necesario ayer.

Aprovechando el regreso, tomó una manzana sobre la isla de la cocina y entonces, por fin, salgo de mi departamento, sin olvidar poner la alarma.

La luz del sol molesta mi vista mientras salgo de mi edificio, saludando a Tom, el portero. El baja su sombrero, como si yo fuera una dama. Casi estallo en carcajadas por eso último. El ambiente huele a limpia ventanas y smock cuando subo a mi moto, y sin temor, hago rugir el motor, asustando a los perros cercanos. Arrancó antes la mirada malhumorada de sus dueños.

Definitivamente soy la oveja descarriada de la familia Bay.

Mi humor después de esos solo se ensombrece. Al no recordar, nuevamente, que justo en mi último año de secundaria decidí cambiar de instituto para seguir a mi neuróticamente linda amiga, tome la autopista, siguiendo el camino hacia mi vieja escuela. Debido a un maldito atasco en la primera salida, tuve que esperar 10 minutos alrededor de silbidos, gestos obscenos, pitidos y maldito humo negro de los habitantes de Seattle.

Acompañado con el vibrar de mi teléfono, avisandome que Samantha estaba a punto de tener un aneurisma debido a que seguramente llegó  tarde y al no querer entrar sola, esta escondida dentro de su auto, molesta por mi ausencia.

Si fuera otra clase de chica, hubiera tomado esto como una señal de que no tendría que haberme cambiando de colegio, como lo pensé en un principio. Sigue siendo una mala idea en mi mente, pero me vale mierda, asique continuo conduciendo con el repiqueteo molesto en mi bolsillo. 

La fachada de ladrillos color vino se alza frente a mi cuando al fin logró tomar la calle correcta.  Detalles en color beige adornan los bordes de la fortaleza rodeada por una verja de metal. Hago rugir el motor de mi motocicleta para quitar a unos estupidos del camino.

¿Quien camina en el centro del maldito estacionamiento?

Pensando en los insultos que pude haber soltado, finalmente me estaciono al lado de un Mini Cooper. Con mi casco aún puesto, veo como una pequeña rubia con vestido floreado y abrigo de puntos sale del auto, con tacones repiqueteando. Ruedo los ojos. 

Tacones con los diluvios que ya caen. 

La chica se para justo a mi lado, con sus cejas arrugadas y los brazos cruzados. 

-Emma....- mi nombre suena demasiado agudo para estas horas de la mañana, asique prefiero cortar su regaño.

-Hola, Samantha.- le doy una gran sonrisa que en realidad significa "Ahora no, princesa".

Ella lo entiende y suspira.-Tenemos que darnos prisa.

Acomoda su cabello rubio mientras agacho mi cabeza para quitarme el casco. Mi cabello esta esponjoso por el viaje, asique lo sacudo mientras aseguro mi moto y saco mi mochila debajo del asiento. 

-¿Lista?-pregunta Sam cuando me ve a su lado. Me coloco encima mis lentes negros para que no inspeccione mis oscuras ojeras y asiento. 

-Terminemos esta mierda.

_________________________________

Hola!!! Aquí está mi primer libro. Estoy muy emocionada. Espero que les guste. Nos vemos en el próximo capítulo.

Voten y Comenten. No se les olvide.

Not NormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora