Cap 35: 2 oportunidad

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En el gym

Umi se rió. "No exactamente, pero admiro la disciplina y la habilidad que se requieren". Me preguntaba si querías quedar para tomar un café o algo después de tu entrenamiento. Me gustaría aprender más sobre tu trayectoria en el kickboxing.

Akane se secó la frente con una toalla, con la mirada fija en su entrenamiento. Miró a Umi y negó con la cabeza. "Gracias, pero no me interesa".

La perplejidad de Umi era evidente. Parpadeó un par de veces, sorprendido por la extraña reacción. "¿No te interesa? Es la primera vez que me pasa". Quiero decir, ¿por qué no?"

La voz de Akane era firme mientras continuaba con su entrenamiento, moviendo las manos con precisión. "Simplemente hoy no estoy de humor para eso"

Los ojos de Umi se fruncieron cuando su primera confusión se transformó en frustración. Dio un paso más cerca de Akane, desafiándola. "¿Qué tal si lo arreglamos en un combate si no estás interesada?" Tendremos una cita si gano. Te dejaré en paz si ganas".

Akane hizo una pausa en su entrenamiento, con la mirada fija en Umi, y sonrió levemente. "¿De verdad quieres hacer esto, Umi-kun?"

Los ojos de Umi brillaron con determinación mientras asentía con firmeza. "Absolutamente".

Akane aceptó el desafío con expresión firme. Era consciente de lo que estaba en juego: una cita dependía del resultado de esta batalla improvisada. El gimnasio, que normalmente se usa para entrenamientos concentrados, ahora se ha convertido en el escenario de un tipo diferente de batalla.

Mientras giraban en círculos, la tensión en el aire era palpable, la frustración de Umi impulsó sus movimientos. Se lanzó hacia adelante con determinación, buscando demostrar algo. Akane, con sus ojos agudos y concentrados, contraatacó con precisión y velocidad. El sonido de sus movimientos resonó en el gimnasio vacío, creando un ritmo dinámico que reflejaba la intensidad de la situación.

En cuestión de segundos, Akane demostró su destreza. Rápidamente superó a Umi, dejándolo derrotado. Al parecer, el combate se decidió en un tiempo récord: apenas diez segundos.

Mientras Umi lidiaba con la realidad de su derrota, Akane pensaba en otra cosa. A medida que la adrenalina de la victoria se disipaba, sus pensamientos se dirigieron a un asunto más inmediato: su estrategia para vencer a Kazuya.

Reflexionó sobre cómo había sido demasiado pasiva, esperando una señal o un momento que nunca llegaría. El deseo de tomar el control de la situación la atrapó. Su enfoque actual era el evento inminente, un compromiso que exigía toda su atención y esfuerzo. Pero, más allá de eso, una elección se había formado en su mente.

"Necesito demostrarle lo mucho que significa para mí si quiero conquistarlo. No puedo quedarme aquí sentada esperando que haga un movimiento", reflexionó Akane.

"Todavía tengo que contarle sobre el torneo, pero después del torneo lo daré todo".

La constatación de que el tiempo se le escapaba alimentó su determinación. Con cada patada y puñetazo en el gimnasio, se preparaba para las batallas dentro y fuera del ring. El gimnasio, testigo de sus victorias y luchas, albergaba la promesa de un futuro en el que lucharía no solo por campeonatos, sino también por cuestiones del corazón.

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El interior de la oficina de alquiler brillaba con una luz estéril, con filas de elegantes escritorios y pantallas de ordenador, cada una de las cuales representaba una conexión entre la ilusión ideal y la realidad de los clientes. El zumbido de la maquinaria de oficina formaba un telón de fondo incongruente con las complejas emociones que se arremolinaban en el interior de Chizuru.

Kanojo Okarishimasu - Saliendo de las sombras del pasado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora