Ahuata era un pueblo muy pequeño, con solo unas pocas casas y muchos árboles. La gente ahí vivía tranquila, y no pasaba nada raro. Los niños jugaban en las calles de tierra, mientras los adultos trabajaban en el campo o cuidaban sus animales. No había muchos autos ni carreteras, y casi nunca venía nadie de fuera. Todo era muy tranquilo.
Pero un día, algo extraño pasó. Todo empezó cuando Clara, una niña muy curiosa, salió a caminar cerca del río. Ella siempre exploraba el bosque y le gustaba buscar cosas raras. Esa vez, vio algo que brillaba entre los árboles. Cuando se acercó, se dio cuenta de que era un robot. Sí, ¡un robot! Estaba medio roto, con cables sueltos y luces que parpadeaban en su pecho.
Clara nunca había visto un robot en Ahuata, y mucho menos uno así, con partes dañadas. El robot hacía ruidos raros, como “bzzz-bzzz”. De repente, empezó a hablar con una voz metálica:
"Advertencia: virus detectado. Peligro... evacuación necesaria."
Clara no entendió del todo, pero esa palabra, "virus", le dio mucho miedo. Así que corrió de vuelta al pueblo lo más rápido que pudo. Cuando llegó, vio que todos estaban reunidos en la plaza. Al parecer, unas personas habían llegado desde la ciudad esa misma mañana y traían malas noticias. Hablaban de un virus que estaba contagiando a las personas y las hacía actuar de forma extraña. Decían que las ciudades estaban llenas de gente enferma.
Clara, toda agitada, se metió entre la gente y gritó: "¡Encontré un robot! ¡Dijo que el virus está cerca!"
La gente se quedó en silencio. Pedro, el hombre que siempre tomaba las decisiones importantes en el pueblo, la miró con una cara de no creerle.
"Clara, aquí no hay robots", le dijo. "Debiste haber visto otra cosa."
"¡No, de verdad! ¡Me habló y dijo que el virus está viniendo!", insistió ella.
Justo cuando Pedro iba a responder, un ruido muy fuerte se escuchó en el cielo. Todos miraron hacia arriba y vieron una nave gigante bajando lentamente entre las nubes. ¡Era enorme y de metal brillante! De la nave salieron varios robots, mucho más grandes y con luces rojas. Caminaban rápido y parecían muy serios.
Uno de ellos se detuvo frente a la multitud y habló con una voz muy fuerte:
"Atención: este pueblo está en peligro. El virus ha mutado. Somos robots Guardianes y hemos venido a ayudar."
Los robots Guardianes se veían muy fuertes, pero nadie en Ahuata sabía si podían confiar en ellos. Todo esto era nuevo y muy raro. Pedro, tratando de calmarse, se acercó al robot líder.
"¿Cómo sabemos que no nos van a hacer daño?" preguntó Pedro.
El robot, que tenía una antena en su cabeza y era más grande que los otros, respondió: "El virus no es solo una enfermedad. Puede afectar a las personas... y a las máquinas. Hemos venido a protegerlos, pero debemos darnos prisa."
La gente empezó a murmurar, asustada. ¿Un virus que también podía infectar a los robots? Esto era mucho más serio de lo que pensaban.
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El Virus 🔫
Ciencia FicciónUn virus que llega al pueblo, y los robots luchan por combatir este virus