1

64 14 2
                                    

🖤

Naira se miró en el espejo, tratando de reconocer a la joven que reflejaba. Su piel clara y sus ojos azules, que una vez brillaban con esperanza, ahora parecían apagados bajo el peso de la tristeza. A sus veintitrés años, la vida había sido una lucha constante. Desde la muerte de su madre, su hogar se había convertido en un lugar de deudas y enfermedad.

Su padre, atrapado en su propia batalla contra la enfermedad, apenas podía levantarse de la cama, y la presión de ser la única responsable del hogar caía pesadamente sobre sus hombros.

Las tardes se convertían en noches largas, llenas de estudios y trabajos temporales. Había aprendido a sobreesforzarse, a dejar de lado sus propias necesidades para asegurarse de que su padre tuviera lo que necesitaba. Sin embargo, el alquiler de su pequeño departamento estaba atrasado, y el acoso de la casera la tenía al borde del colapso.

Todo cambió cuando comenzó a trabajar en el club de strippers, un lugar oscuro y ruidoso que no imaginó jamás que sería su refugio. Necesitaba dinero y rápidamente, y el club ofrecía un salario que podía hacer frente a sus crecientes deudas. Con el corazón latiendo con fuerza, tomó la decisión de presentarse a la entrevista. Sabía que era un lugar peligroso, pero la idea de ver a su padre sufrir la empujó a cruzar esas puertas.

En su primer día, la abrumó la atmósfera cargada de humo y luces tenues. Al principio, se sintió fuera de lugar, pero pronto se dio cuenta de que podía manejar la situación. Con su amabilidad natural y su disposición a ayudar a los demás, empezó a atender a los clientes, incluso cuando la mirada lasciva de algunos la incomodaba.

Pronto se convirtió en una de las favoritas del lugar; los hombres la buscaban no solo por su apariencia, sino por su forma de interactuar con ellos. Detrás de la barra, su voz suave y su sonrisa iluminaban el oscuro ambiente del club.

Era un trabajo que le permitía ganar suficiente dinero, pero también la llevaba a un mundo que nunca había conocido, un mundo lleno de peligros y decisiones morales cuestionables. Esa noche, mientras servía tragos, sus ojos se encontraron con los de un hombre que no podía ignorar.

Era Iván, conocido en los bajos mundos como "Spreen". Con su piel pálida, su cabello negro como la noche y una figura alta y musculosa, emanaba una seriedad que lo hacía destacar entre la multitud. Era el tipo de hombre que todos en el club reconocían, pero nadie se atrevía a acercarse.

Él era peligroso, un mafioso temido por muchos. Naira había oído hablar de él en murmullos y susurros, pero nunca imaginó que sus caminos se cruzarían de esta manera.

Cuando sus miradas se encontraron, un escalofrío recorrió su espalda. Iván no solo la observaba; la evaluaba, como si pudiera ver a través de su fachada. En un instante, sintió que su vida cambiaba. La atracción entre ellos era palpable, pero también lo era el peligro que representaba.

Él era el último hombre con el que debería involucrarse, pero había algo en su mirada que la cautivaba.

El resto de la noche se desvaneció en un torbellino. Naira continuó trabajando, pero no podía sacarse de la cabeza la imagen de Iván. Cuando terminó su turno y se preparaba para irse a casa, su teléfono vibró.

Un mensaje de texto apareció en la pantalla:

>>Estás en aprietos, Naira. Conozco tu situación y puedo ayudarte... si aceptas verme. No es una propuesta cualquiera. Es una oportunidad que no puedes rechazar.

El nombre que firmaba el mensaje la dejó helada: Iván. ¿Cómo podía él conocer su situación? Sabía que su vida no era un secreto, pero la idea de que alguien como él se interesara en ella la llenó de incertidumbre.

El reloj marcaba la medianoche cuando volvió a mirar el mensaje.

>>Tienes hasta mañana para decidir, Nana.

La forma en que la llamaba, con ese apodo suave que resonaba en su mente, la estremeció.

La decisión que debía tomar era abrumadora. Arriesgarse a caer en las garras de un mafioso o seguir luchando sola, sin garantías de éxito. Con un suspiro profundo, Naira sintió el peso de su realidad aplastándola. Mañana tenía que tomar una decisión. Y quizás, esa decisión cambiaría su vida para siempre.

🖤

ALL NIGHT - Spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora