Capitulo 5 Mi hermano

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Phebous apresuraba con cuidado a Esmeralda, había dado la indicación que personalmente él le daría libertad, así que la llevaba en un incómodo silencio entre las paredes frías -"¿No te hizo daño?"- preguntaba con sutileza tratando de ser oído solo por la gitana.

Esmeralda aún perdida entre sus recuerdos apenas y estaba consciente que debía mover sus piernas para poder moverse. La cabeza le daba vueltas y se sentía atacada por sus propias revelaciones. ¿Cómo era posible que había caído en la red de Frollo como una inútil mosca? Sacudió su cabeza, trataba de convencerse que todo lo que había pasado formaba parte de un trato entre ellos dos.

Phebous aún esperaba una respuesta, pero se daba cuenta que la mente de la gitana estaba lo suficientemente dispersa como para ignorarlo, así que una vez más trato de llamar su atención raspando la garganta. Ella volteó ajena de lo que pasó el último minuto -"¿Sucede algo?"- preguntó distraída.

-"¿El ministro te lastimó?"- preguntó tajante.

Ella se detuvo abruptamente por un par de segundos antes de reanudar su paso -"a pesar de lo que creas... No, no me hizo nada"-

-"es... bastante extraño que de la nada te haya dejado libre... Creí que al menos sufrirás algún tipo de tortura"-

Esmeralda recordó un poco de las palabras de Frollo después de él accidente con la daga ¿Sería verdad que él sería incapaz de hacerle algún daño? -"la verdad, Frollo se mostró bastante neutral, no hay mucho que rescatar de lo que pasó"-

-"estuvieron solos al menos una hora"- mencionó -"no puedes decir que no pasó nada"-

Esmeralda viró su mirada sin dejar de caminar, no se le ocurría nada lo suficientemente convincente como para persuadirlo -"supongo que aún no tienes los deberes suficientes como para estar lo bastante ocupado en tu trabajo. Si realmente te interesa saber pregúntale a él"-

-"solo quiero cuidarte, además me intriga la herida en tu mejilla, está mañana no estaba ahí"-

-"fue un descuido en el transcurso del calabozo a dónde Frollo"-

Phebous no estaba satisfecho con toda la evasión a sus inquietudes -"¿Ustedes tienen algo?"- preguntó directo.

Esmeralda solo de escuchar la pregunta era atacada con las imágenes de Frollo sobre ella, olía el aroma a la colonia en la piel pálida, las manos refinadas de él se sentían una vez más en su piel -"¡No!"- respondía casi ofendida -"¿Por qué tanto maldito interés? ¿No puedes solo dejarme libre en la entrada?"-

El capitán analizaba cada palabra y gestos ¿Cómo podía sentir celos por Frollo? Esperó un poco mas, hasta que estaba cruzando la puerta principal -"por qué me gustas Esmeralda"- confesó -"dime, si el ministro te hizo algún daño yo mismo me encargaré de hacer que pague"-

Esmeralda mordió su labio inferior evitando estallar en risas en la cara de Phebous -"es un halago, pero eso jamás va a pasar"- respondió extendiendo sus manos para que Phebous le retire las esposas.

-"¿P~por qué? ¿Por qué no?"- preguntó visiblemente ofendido -"¡Me he arriesgado para ayudarte! ¡Trato de cuidarte! ¡Te ofrezco huir de Frollo!"-

-"¿Y quién te lo pidió?"- preguntó molesta -"¿Se supone que estoy obligada a corresponder?"- continúo dando unos cuantos pasos más cerca a Phebous.

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El ministro ordenó un poco el desorden que hicieron él y su gitana, la oficina estaba impregnada de su sutil aroma, maldecía la intromisión del capitán, no disfrutó lo suficiente de Esmeralda. Cerraba los ojos y se abrazaba así mismo tratando de recordar la silueta de ella entre sus brazos, el cosquilleo de sus labios le hacían sentir los deliciosos besos. Un jadeo se escapó de su pecho, se dió cuenta que necesitaría más de Esmeralda, la necesitaba de inmediato entre sus sábanas en la intimidad de su lecho.

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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