CICATRICES Y SOMBRAS

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Capítulo 2

La mañana amaneció tranquila en las afueras de Edge. El viento agitaba levemente las hojas de los pocos árboles que se alzaban cerca del taller de Cloud. Para cualquiera que pasara por allí, el día parecería uno más, tan rutinario como los demás. Pero para Cloud, cada día era una lucha contra los fantasmas de su pasado, aquellos que nunca parecían dispuestos a abandonarlo.

Desde la última batalla en Edge, había sentido un malestar constante, una presencia en la periferia de su conciencia. Sabía que Sephiroth no se había ido del todo. Aún podía sentirlo, acechando en las sombras, esperando el momento perfecto para regresar.

Mientras se ponía a trabajar en una de las motocicletas que había traído un cliente, sintió de nuevo esa sensación. Una presión en el aire, como si algo frío se estuviera filtrando en su mente. Al principio, intentó ignorarla, pero cuanto más lo hacía, más persistente se volvía.

"Cloud..."
La voz suave, melódica y llena de veneno, lo hizo detenerse de golpe. Levantó la vista rápidamente, pero no había nadie. El sonido de las herramientas de metal chocando contra el suelo resonó en el taller.

Cerró los ojos por un momento y trató de sacudir la sensación. No estaba solo. No podía permitirse ceder ante esas visiones, no ahora. Tifa lo necesitaba. Barret, Marlene, todos contaban con él. Pero entonces, las palabras volvieron, con más fuerza.

"Fallaste, Cloud. No pudiste salvarla..."

Sephiroth. Ese tono inconfundible. Y el recuerdo, ese maldito recuerdo, lo invadió. El templo, la luz brillante de la Materia Negra y el sonido cruel de la espada de Sephiroth cortando el aire. Aerith, cayendo lentamente al agua, su sonrisa serena desvaneciéndose para siempre.

Cloud sintió como si una mano invisible apretara su pecho, dificultándole respirar. Dejó caer la herramienta que tenía en las manos y se inclinó hacia adelante, tratando de calmarse, pero la imagen de Aerith, sumergiéndose en las profundidades, no lo dejaba.

-Cloud... -la voz de Tifa lo sacó del abismo por un instante. Ella había aparecido en la puerta del taller, su mirada cargada de preocupación-. ¿Todo bien?

Él intentó responder, pero sus palabras se ahogaron en su garganta. No podía dejar de ver el rostro de Aerith en su mente. No podía dejar de oír las palabras de Sephiroth.

Tifa se acercó a él, poniendo una mano sobre su hombro. Ese gesto tan familiar, tan reconfortante, pero al mismo tiempo tan doloroso, porque no podía olvidar que Tifa también había sufrido. Todos habían perdido algo por su culpa muchas cosas que pasaron por tantos problemas que les metió el mismo Sephiroth.

-Lo siento -murmuró finalmente, apenas logrando encontrar su voz.

-¿Qué pasa, Cloud? -preguntó ella suavemente, mirándolo de cerca-. No tienes que disculparte. Estás distraído últimamente, lo sé. Pero... ¿qué es lo que te está atormentando?

Cloud apretó los dientes, tratando de contener la rabia y el dolor que lo estaban consumiendo desde dentro. ¿Cómo podía explicar lo que estaba sintiendo? ¿Cómo podía decirle que veía a Sephiroth en cada sombra, que oía su voz burlándose de él, recordándole sus fallos, su debilidad?

-Él... -Cloud dudó por un momento-. Él no ha desaparecido.

Tifa lo miró en silencio, esperando que continuara.

-Sephiroth -dijo al fin, con voz grave-. Lo siento. En todas partes. Está en mi mente, Tifa. Me está recordando... todo lo que he hecho mal. Todo lo que no pude hacer, se lo que pasó y debería dejarlo pero no puedo, simplemente no.

Tratado (sefixc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora