Para mi amado conejillo de indias

Epílogo: El baño

Ya llevaban todo el día viajando, Liones siempre quedaba retirado y Nasiens sentía que su poder mágico se desvanecía rápidamente, aun seguía tomando la mano de Percival, pero éste volteaba a verle preocupado.

─¿Estás bien?─ Preguntó al ver como jadeaba un poco.

─Perdón, es que apenas me acostumbro a volar ─ Percival miró hacia su alrededor, y le guio hacía un sitio a tierra.

Nasiens lo siguió vislumbrando un pueblo cercano, ni siquiera se había dado cuenta que allí había un pequeño poblado, era bastante bonito a pesar de ser pequeño, fue entonces que Percival aterrizó, pero Nasiens al ser inexperto perdió el control, se tambaleó en el aire, y casi se va al suelo, pero fue atrapado por los brazos de Percival.

─Cuidado, Cuidado ─ éste le sonrió, mientras lo ayudaba a bajar al suelo ─ ¿Te lastimaste? ─ Preguntó el chico de cabellos verdes y alborotados con su gran sonrisa, acomodándole su sombrero que se había ladeado.

─Estoy bien ─ Nasiens bajo la mirada, sintiéndose de nuevo tímido, el corazón no dejaba de saltarle con fuerza del pecho, y era molesto, incluso doloroso, pero al mismo tiempo estaba tan contento.

No entendía esos sentimientos tan confusos, sabía que estaba enamorado, pero desde que Percival se había despertado, aquellos sentimientos lo estaban abrumando aun más que antes. Anteriormente era muy confuso, pero ahora que todo se iba aclarando, lo sobresaltaba, lo hacía querer gritar y querer correr.

─¿Nasiens? ─ Percival lucia preocupado otra vez.

─Perdona, ¿qué dijiste? ─ Nasiens salió de nuevo de sus pensamientos.

─Que deberíamos dormir aquí, mira, allí parece haber posadas ─ Nasiens miró hacia la dirección que había señalado, y era una posada, pero algo llamó su atención decía "aguas termales", de nuevo el corazón pegó un brinco al recordar que Percival propuso delante de sus padres que se bañaron juntos.

Antes de que se diera de cuenta, Percival había salido corriendo hacia el lugar.

─Espera... ─ Su intentó de detenerlo fue en vano, Percival llegó a la recepción, mientras tocaba el timbre emocionado.

Nasiens no tardo en llegar, pero la dueña del lugar ya había atendido al chico.

─Buenas señora, ¡una habitación para dos! ─ La señora sonrió levemente, pero luego lo miró a él.

─¿Con 2 camas? ─ Ella alzó una ceja, quizás haciéndose ideas equivocadas.

─Si... ─ Nasiens quiso decir.

─Una cama está bien ─ Percival de nuevo se adelantó ─ No tenemos mucho dinero ─ Percival volteó a mirarlo, él había pasado 2 años durmiendo y el poco dinero que Nasiens tenía se lo había dado el rey de Liones.

─ De acuerdo ─ La señora los guio a una habitación en el fondo, mientras iba explicándole las reglas del lugar.

Nasiens se había quedado callado, se sentía un poco mal, seguramente los iba a malentender, pero la señora no parecía hostil ni nada, ya que Percival la estaba haciendo reír con su carisma.

─Bueno cariño, si quieres comer o algo puedes ir al comedor ─La señora les entregó las llaves ─ Las termales funcionan toda la noche, cuando quiera pueden ir a relajarse, las toallas están en el baño, solo espero que no hagan mucho ruido ─ La señora los dejo solos, Percival asentía a sus instrucciones.

El castaño solo caminaba por la habitación, sin poner mucha atención a lo que decía, una vez que se fue, pudo soltar un suspiró tranquilo.

─¿Por qué estas tan tenso? ─ Percival le sonreía, se había sentado en la cama, y hacía un amagó con su mano para que se sentará a su lado en la cama.