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—¡Trae los globos!— Seungmin le gritó a su esposo.

—¡Voy!— respondió de la misma forma el mayor.

La pareja se encontraba decorando la sala de su casa para el cumpleaños de su hijo, su angelito cumplía 18 años, aunque para ellos siempre sería su pequeño bebé.

—¿Con quién está Jakey?

—Con Heeseung, yo le encargué la tarea de distraerlo hoy— respondió el omega.

—¿No había nadie más?

—Por Dios, ya tienen cuatro años de relación, ¿cuando vas a superarlo?

—¡Nunca! Ese niño me robó a mi bebé— Seungmin rodó los ojos.

—Mejor trae los globos, tonto. Además los otros chicos también irán.

Seungmin amaba a su esposo más que a nada, pero a veces era muy insoportable cuando se trataba de la relación de su hijo.

—Felix traerá el pastel, y Minho cocinará— informó Seungmin— los demás vamos a decorar, así que trae todo lo necesario que tenemos mucho por hacer.

—Si mi capitán— Chan fue por las bolsas llenas de decoración.

[...]


—¿A dónde vamos, hyung?

—Es una sorpresa, ¿no quieres que se arruine, verdad?

—¡Hyung!— el menor hizo un puchero tratando de convencer a su novio.

—Ya casi, no desesperes Jakey— apretó su mejilla con cariño.

Ambos chicos siguieron caminando por ese sendero lleno de flores. A Jake le parecía la vista más preciosa del mundo. Y como dijo Heeseung, no demoraron mucho en llegar a su destino. Había una gran manta extendida sobre el suelo, con una cesta de paja y almohadones por doquier. Jake sonrió grandemente.

—¿Esto lo hiciste tú?— preguntó con sus ojitos brillando.

—Sip, feliz cumpleaños mi amor— abrazó al menor por la cintura.

—¡Eres el mejor!— Jake se giró y besó a su mayor lentamente— gracias por esto, Seungie.

—No es nada, cielo. Vamos a disfrutar.

Ambos chicos se lanzaron sobre la manta entre risas, cayendo sobre algunos almohadones que sirvieron para amortiguar la caída. Jake revisó el cesto y pudo ver varias cosas deliciosas.

—¿Lo preparaste tú?— el alfa asintió.

—Tienes suerte de tener un novio que cocine tan rico como yo— Heeseung dijo con orgullo.

—Presumido— rodó los ojos con una risita de por medio.

—Así me amas.

—Lo hago.

Ambos sonrieron como tontos enamorados, la luna había hecho una buena elección al juntarlos, toda su felicidad giraba en torno al contrario, se complementaban.

—¡Hay curry!— Jake sacó la comida emocionado.

—Tu favorito, también hay ramen, sándwiches, pastel de fresa y demás...

—¿Qué hice para merecerte?— llevó una mano a su frente de forma dramática— muchas gracias, amor.

—Lo hice con todo el cariño para ti— se acercó a besar al menor.

Jake pasó sus brazos por el cuello del mayor mientras éste lo tomaba firmemente por la cintura, dando suaves caricias en ésta. Sus labios se movían delicadamente entre ellos, explorando sus cavidades bucales, Jake comenzó a dejar suaves caricias en el cabello de la nuca del mayor. Su beso habría podido durar más si no fuera porque varias voces que provenían de los árboles los interrumpieron.

𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐊𝐢𝐬𝐬 𝐌𝐲 𝐒𝐨𝐧 ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora