CAPITULO 2

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El amanecer comenzaba a despuntar en el horizonte, proyectando un suave resplandor dorado sobre la mansión Phantomhive

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El amanecer comenzaba a despuntar en el horizonte, proyectando un suave resplandor dorado sobre la mansión Phantomhive. La luz bañaba las paredes del despacho de Ciel, iluminando las montañas de documentos que el joven conde revisaba con meticulosa precisión. Frente a él, como una sombra eterna, Sebastian observaba con su habitual sonrisa inscrutable, esperando pacientemente.

Ciel no levantó la mirada del informe que sostenía en las manos, pero su voz cortó el silencio como una hoja afilada.

—Sebastian, ¿qué has encontrado sobre TN? —preguntó, sus ojos moviéndose rápidamente por las páginas, capturando cada detalle.

Sebastian, impecable como siempre, se acercó con pasos ligeros y dejó un grueso sobre sobre el escritorio de Ciel. —My lord, he reunido toda la información disponible. Aunque debo admitir que es menos de lo que esperaba.

Ciel alzó una ceja y finalmente desvió su atención hacia el demonio. —¿Menos?

Sebastian asintió, sin perder su compostura. —Parece que nuestra invitada es excepcionalmente hábil para ocultar su pasado. Los registros sobre su familia están incompletos, y ciertos momentos de su vida simplemente... no existen. Es como si alguien hubiera hecho todo lo posible por borrar cualquier rastro de su historia.

Ciel frunció el ceño levemente mientras abría el sobre y comenzaba a examinar los documentos. —No cualquiera puede manipular los registros de esta manera. ¿Quién es ella realmente?

El demonio inclinó ligeramente la cabeza, sus ojos brillando con un destello de intriga. —Eso, my lord, es precisamente lo que intentaremos averiguar. Sin embargo, puedo decirle que no es una aristócrata ordinaria. Todo en su entorno parece demasiado calculado.

El conde se apoyó en el respaldo de su silla, pensativo. —Interesante. Muy interesante. Esto solo confirma que TN es más peligrosa de lo que aparenta. Debemos proceder con cautela, pero no podemos ignorar su valor para nuestros propios intereses. Continúa investigando, Sebastian. Quiero saber cada detalle, cada secreto. No me gusta tener aliados que ocultan tanto de sí mismos.

Sebastian hizo una leve reverencia, su sonrisa más amplia. —Por supuesto, my lord. Aunque debo advertirle, TN tiene una capacidad notable para jugar este tipo de juegos. Y no estamos seguros de cuán profundas son sus conexiones.

Ciel dejó el informe sobre su escritorio y entrelazó los dedos. —¿Piensas que podría estar trabajando para alguien más? ¿Tal vez una fuerza oculta?

—Es posible, aunque aún no tengo pruebas suficientes —respondió Sebastian—. Sin embargo, su habilidad para moverse entre la alta sociedad y mantenerse invisible durante tanto tiempo es impresionante. Algo así no se logra sin un respaldo considerable.

El joven conde reflexionó en silencio por unos segundos antes de asentir. —Continúa investigando. No quiero sorpresas. Si hay más en ella de lo que aparenta, quiero ser el primero en saberlo.

—Así será, my lord —replicó Sebastian, inclinándose ligeramente antes de desaparecer en la penumbra del despacho.

Ciel observó los documentos en su escritorio una vez más. Algo en TN le inquietaba, pero también despertaba su curiosidad. Nadie se acercaba a él sin un motivo claro, y él mismo sabía que cada movimiento en su vida estaba cuidadosamente orquestado por fuerzas invisibles. La única pregunta que quedaba era: ¿Qué papel jugaba TN en todo esto?

En la Mansión de TN

Mientras tanto, a varios kilómetros de distancia, la mansión de TN se alzaba majestuosa, envuelta en la suave neblina de la mañana. Dentro de sus muros, la vida continuaba como si nada perturbara su tranquila existencia. Pero TN sabía mejor que nadie que esa paz era solo superficial. El verdadero peligro acechaba en las sombras.

Sentada frente a una mesa de desayuno perfectamente servida, TN permanecía en silencio. Su rostro, sereno pero tenso, reflejaba el peso de los pensamientos que la acosaban. Alaric, su fiel mayordomo, la observaba desde una distancia prudente. Sabía cuándo hablar y cuándo mantenerse en silencio, y esta mañana era uno de esos momentos en los que su señora necesitaba tiempo para procesar lo que se avecinaba.

—My lady —dijo Alaric finalmente, rompiendo el silencio mientras colocaba una taza de té frente a ella—. El desayuno está servido.

TN asintió con una leve inclinación de cabeza, aunque sus ojos seguían perdidos más allá de la ventana. Las sombras de los árboles bailaban con la brisa, pero su mente estaba en otro lugar. En las palabras de Ciel Phantomhive. En su mirada inquisitiva que no pudo ignorar.

—Sebastian me está investigando —dijo al fin, sin apartar la vista de la ventana.

Alaric se tensó ligeramente, aunque mantuvo su compostura impecable. —Era de esperarse. Phantomhive es un joven que no confía fácilmente en nadie.

TN giró lentamente hacia él, apoyando una mano sobre la taza de té que Alaric le había servido. —Pero no es solo eso. Sebastian... él no es un simple mayordomo. Lo siento, lo percibo. Hay algo oscuro en él. Algo que podría poner todo en riesgo si no somos lo suficientemente cuidadosos.

El mayordomo asintió, conociendo bien las capacidades sobrenaturales de los demonios. —Sabía que este día llegaría, my lady. Hemos preparado cada detalle para esta eventualidad.

—Lo sé —respondió TN, con una mezcla de determinación y preocupación en su voz—. Pero Ciel es más listo de lo que esperaba. Y si Sebastian sigue investigando, no pasará mucho tiempo antes de que descubra algo que no quiero que vea.

Alaric se acercó, su rostro grave pero sereno. —Si me permite sugerirlo, my lady, tal vez deberíamos adelantarnos. Si ellos están investigando, podríamos distraerlos, dirigir sus sospechas a otro lado.

TN lo miró, considerando su propuesta. —Es arriesgado. Si fallamos, ellos sabrán que estamos ocultando algo.

—Pero si no hacemos nada, descubrirán la verdad tarde o temprano —dijo Alaric, con una calma implacable—. Y estoy seguro de que eso es lo último que queremos.

TN suspiró profundamente, apretando ligeramente la taza de té. Sabía que Alaric tenía razón. No podían permitir que Ciel y Sebastian descubrieran la verdad sobre su pasado. No solo pondría en peligro sus propios planes, sino que también revelaría los oscuros secretos que había jurado proteger.

—Hazlo —ordenó finalmente, su voz firme—. Pero ten cuidado. Ciel no es un adversario común, y Sebastian... él es algo más. No subestimes su poder.

Alaric hizo una reverencia respetuosa, su expresión reflejando la gravedad de la situación. —Como desee, my lady. No fallaré.

El silencio volvió a llenar la sala, solo interrumpido por el suave crujir del fuego en la chimenea. Afuera, el sol seguía su ascenso, pero dentro de la mansión, las sombras seguían extendiéndose. TN sabía que el tiempo se estaba agotando. Las piezas del juego ya estaban en movimiento, y cualquier paso en falso podría llevarla a la ruina.

Pero si había algo que había aprendido en todos estos años, era que ella también sabía cómo moverse en las sombras.


BYE BYE 

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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Sombras entre Amistad y Amor {CIEL Y TU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora