Para Lara amar es entregar todo, para Mateo amar es arriesgarse incluso cuando no sabe lo que suceda.
Lara y Mateo siempre han sido mejores amigos, incluso en la distancia su conexión nunca se rompió, pero...
¿Que pasará si luego de dos años el dest...
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Ella es el tipo de música que escuchas con los ojos cerrados.
- Ron Israel
Mateo.
Lo primero que hago al despertarme por la alarma es darme una ducha rápida antes de arreglarme, tomo el bolso y bajo la escalera hacia la cocina, encontrándome con mamá hablando por teléfono, me sonríe cuando me ve y yo me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla para tomar una manzana de la nevera, le doy un mordisco y veo mi teléfono en la espera del mensaje de Lara.
Cuando llega sonrio sin poder controlarlo.
Burbuja: llego tu chófer.
Yo: enseguida salgo.
Burbuja: ok.
Guando el teléfono en el bolsillo de mi pantalón y cuando levanto la mirada me encuentro con mamá sonriendo ampliamente y como si hubiera descubierto algo, la observo con confusión pero el sonido de la bosina me hace espabilar.
—Me tengo que ir. — digo y ella se acerca a darme un rápido abrazo.
—Que te vaya bien. — dice y yo asiento antes de echarme a correr. Salgo de la casa y entro al auto de Lara. Me recibe con una sonrisa en en menos de un segundo yo me encuentro sonriendole de la misma manera.
—¿Listo para tu primer día? — pregunta con curiosidad.
—Naci listo, hasta la pregunta me ofende. — digo aunque si tengo un poco de nervios.
Se que todo saldrá bien, con el simple hecho de iniciar mi día viendo Lara se que hoy será un gran día.
—Que bueno porque no podré acompañarte. — dice y la miro confundido y ella estalla a reír al ver mi expresión. — es broma.
—De muy mal gusto debo decir. — digo con molestia.
—Callate. — dice empujando mi hombro y yo sonrío.
Lara sigue conduciendo hasta llegar al instituto y enseguida estaciona el auto, ambos bajamos, camino unos pasos detrás de ella y me tomó el tiempo de admirarla. Su cabello rubio cae como cascada sobre su espalda, su vestido lila hace lindo contraste con su piel, y sonrio al ver sus zapatillas.
Lara es única, una obra de arte digna de admirar, cuando gira a mi dirección yo la veo a los ojos, azules como cielo, como el mar, son impresionantes, su sonrisa podría ser capaz de iluminarlo todo, es preciosa.
—¿Te sientes bien? — pregunta haciendo que vuelva a la realidad.
—Si. — digo y asiente poco convencida pero no dice nada solo continua caminando y yo me obligó a hacer lo mismo.
Al entrar, quedo impresionado por la forma en la que las personas ver a Lara, como si fuera la jodida reina de lugar, aunque la verdad es que era algo casi seguro, todos la saludas, y ella les devuelve el saludo, sus movimientos son seguros, su sonrisa brillante y se desenvuelve con tanta naturalidad.
