Entre el deber y el deseo.

Capítulo 2: Malas impresiones.

Las paredes de la fábrica de Perfumerías De la Reina desprendían un aroma persistente a flores y cítricos, mezclándose con la suave fragancia que caracterizaba la última línea de perfumes en la que trabajaban y que cautivaba a todo el que la olía. A las afueras de Toledo el complejo donde se situaba la fábrica, las oficinas y la colonia estaba rodeado de grandes campos de lavanda que crecían en hileras perfectamente delineadas, y el ambiente parecía idílico hasta que se entraba en los pasillos de la fábrica donde el estrés y la presión por realizar el trabajo a tiempo era notable. La campaña navideña estaba a la vuelta de la esquina y era el momento donde más requerían sus productos por lo que estaban aumentando la producción para poder cumplir con todos sus pedidos.

Fina Valero acompañada por su asistente y amiga, Carmen, se encontraba esperando en el elegante vestíbulo de la fábrica, quizás demasiado elegante para una fábrica que se ubicaba tan lejos de las grandes ciudades. Fina observaba la decoración con una mezcla de interés y cautela. No era la primera vez que trabajaba con una empresa de renombre, pero algo en esta situación le daba mala espina, quizás era la forma en la que estaban gestionando su incorporación a la campaña navideña.

- ¿Sabes qué es lo que no me gusta de estos sitios tan... perfectos? —susurró Fina a Carmen mientras miraba alrededor. - Todo parece hecho para impresionar, y para distraer la atención de lo verdaderamente importante.

Carmen no pudo evitar soltar una carcajada, a pesar de que Fina se había hecho un nombre con el paso de los años y que había conseguido un trabajo que le proporcionaba más dinero de que iba a gastar sus orígenes humildes siempre salían a flote cuando le tocaba enfrentarse a un nuevo proyecto de esas características. Ambas se conocían desde que eran niñas y ninguna de las dos pensó nunca llegar a codearse con gente de tanto poder, pero allí estaban ambas, con mucho esfuerzo y dedicación habían llegado muy lejos. Aun así Fina siempre estaba a la defensiva cuando le tocaba conocer a un cliente nuevo, y en este caso parece que la tensión era aún mayor.

- Tienes que calmarte.- Murmuró Carmen tratando de sosegarla.- Recuerda que esta campaña puede ser muy importante para ti. Además, vas a conocer a Marta de la Reina. Todo el mundo habla de ella últimamente, se ha hecho un nombre a nivel nacional y es de las pocas mujeres que dirigen empresas de este nivel. Quizás te sorprenda.- Asegura Carmen que había buscado a la empresaria en internet nada más ver que Fina había aceptado el trabajo.

- Lo dudo. La mayoría de las veces cuando hablan tan bien de alguien es porque hay intereses detrás, luego la realidad es que no son tan perfectas como los muestran.- Respondió Fina removiéndose nerviosa en la silla.

Antes de que Carmen pudiera contestar, un hombre con un traje impecable salió de la oficina. Tenía el rostro serio pero a la vez intentaba mostrar serenidad y cercanía.

- Joaquín Merino, gerente de la fábrica y el encargado de la publicidad.- Le dijo extendiéndole la mano para saludarla.

- Fina Valero, un placer.- Contestó está devolviéndole el apretón fuerte.- Ella es Carmen, mi asistente.- Le dijo señalando a su amiga.

- Un placer, Marta está a punto de llegar, pero mientras tanto, déjame darte un recorrido rápido por la fábrica. Me encargaré de explicarte cómo queremos enfocar la campaña y cuál es el mensaje que queremos transmitir.- Comentó Joaquín mientras las invitaba a caminar.

Fina asintió intentando mantener la mente abierta y no prejuzgar antes de ver que tenían que decir. Mientras caminaban por los largos pasillos de cristal que conectaban las diferentes secciones de la fábrica, Carmen observaba cómo Joaquín describía cada área con precisión y orgullo, desde el proceso de destilación de las esencias hasta el empaquetado de los productos finales. También les enseñó el laboratorio donde se desarrollaban las esencias, y les presentó a su hermano Luis, quién era el perfumista de la empresa.