Entre el deber y el deseo.

Capítulo 3. Propuesta innovadora.

Marta de la Reina esperaba en la sala de reuniones, absorta en su tablet, revisando los informes de ventas mientras la pantalla de presentación aún estaba vacía. La reunión estaba por comenzar y, aunque intentaba concentrarse en las cifras, su mente volvía una y otra vez al encuentro que tendría con Fina Valero. La fotógrafa había llegado con una reputación que la precedía, era una mujer atrevida, innovadora y, según Joaquín, exactamente lo que la empresa necesitaba, pero Marta no estaba convencida. Su empresa representaba unos valores, unas ideas basadas en la tradición, la elegancia y la sofisticación, no en la experimentación. Su instinto le decía que Fina sería un reto más allá del ámbito profesional, pero eso era algo en lo que prefería no pensar en ese momento.

La puerta se abrió suavemente y Fina entró en la sala con paso firme, acompañada por Carmen. Llevaba un atuendo elegante pero informal, con un toque especial que dejaba clara su personalidad y que mostraba a una mujer que estaba lejos de los convencionalismos. Marta levantó la vista evaluándola y valorando que tan dura sería la reunión que tendrían en unos minutos. Esa mujer tenía una confianza desbordante, algo que ya le había demostrado en su primer encuentro, y Marta no estaba dispuesta a dejarse impresionar tan fácilmente.

- Buenos días.- Dijo Carmen para aliviar la tensión que había en la sala y provocando que el duelo de miradas entre ambas tuviese que detenerse.

- Buenos días. Gracias por venir.- Dijo Marta sin levantarse de la silla y sin dejar de mirar a Fina.

Fina asintió con una leve sonrisa mientras Carmen tomaba asiento cerca estaba lista para asistir a la fotógrafa en lo que hiciera falta. La tensión en la sala era palpable desde el inicio, y Marta lo percibía claramente.

- He estado trabajando en varias ideas para la campaña.- Comenzó Fina sin dar ningún rodeo mientras iba encendiendo el proyector.- Lo que te voy a mostrar ahora es un concepto innovador. Sé que Perfumerías De la Reina se ha caracterizado por su tradición, pero creo que es el momento de dar un salto audaz. Esto es lo que atraerá a nuevos clientes sin alterar a los antiguos.- Espetó muy segura de su decisión.

Fina pulsó un botón y la pantalla se llenó de imágenes vibrantes, colores llamativos, composiciones inusuales, rostros que desafiaban las convenciones de la belleza tradicional. Había un juego de luces intensas y sombras profundas, enmarcando perfumes icónicos de la marca.

Marta frunció el ceño, su descontento era más que evidente. Tras unos segundos de silencio, se reclinó en su silla, entrelazando los dedos sobre la mesa.

- ¿Esto es lo que propones como campaña navideña?.- Soltó mostrando su descontento.

Fina se cruzó de brazos manteniéndose erguida y confiada ya que pensaba defender su propuesta hasta el final.

- Exactamente. Es mi visión de lo que vuestra marca necesita para destacar en un mercado saturado. Una propuesta que llama la atención desde el primer instante. Se trata de algo diferente pero que está contando la misma historia que campañas anteriores, se trata de innovar, pero sin perder la esencia.

Marta apartó la vista de la pantalla dirigiéndola hacia Fina mirándola directamente a los ojos.

- Lo que necesitamos...- Remarcó con un tono más bajo, casi amenazante.- Es algo que refleje nuestra clase, nuestra tradición. Perfumerías De la Reina no es una empresa nueva, no estamos experimentando, somos una marca establecida. Esto...- Dijo señalando las imágenes.- No refleja eso. Es demasiado... extravagante.

Fina dejó escapar una breve carcajada un sonido bajo que resonó en la sala y que provocó que su asistente y amiga pusiese los ojos en blanco. Sabía perfectamente que Marta había provocado a su amiga, pero ella había caído muy fácilmente en las provocaciones a pesar de sus advertencias. No sabía que podía hacer en ese momento porque además estaba sola, por alguna razón Joaquín no había acudido a esa reunión y estaba sola ante el peligro.