Trato | Parte Uno

442 28 4
                                    

Los últimos meses habían sido difíciles.

Lo único bueno de todo lo sucedido, era que lograron ser un grupo de amigos. Al principio fue raro, complicado e incomodo. Luego comenzaron a verse cada fin de semana, después de clases y ir a la casa del otro, mejor dicho de Sam. Para pasar tiempo en común.

Entonces el mes se convirtió en un año, y así pasaron los días.

Comenzaron a ser amigos entre los seis.

Sam era considerada la mejor amiga de Tory y Devon, las tres solían pasar más tiempo en común que los demás. Yendo a tomar café por las tardes después del colegio, incluso hacer pijamadas los viernes a la noche. Por otra parte, Miguel, Robby y Hawk eran inseparables, no podían pasar tiempo sin él otro. Demetri también era parte, lo consideraban la mente maestra de todos.

Seguían yendo al dojo, entrenando juntos. Y así pasaron los meses.

De una semana a la otra, el comenzó a alejarse, faltaba a los entrenamientos y discutía con su madre; incluso con Jhonny. Empezó a faltar a la juntadas, se alejó de su novia.

Ahí iban otra vez, como si las voces inundarán su cabeza nuevamente.

Habían llamado a la lluvia para acabar con sus días de gloria, el soldado más enojado comprado en el centro comercial; había tomado su corazón y dejado caer.

— Debemos darnos un tiempo.

— ¿Porque actúas así? — Preguntó ella, con una mano sobre su pecho sintiendo un fuerte ardor presionando allí.

— Lamento todo esto. — Suspiro — Pero ya no me siento participe de esta relación.

Beso su frente, dio una caricia en su mejilla; y la dejo sola en la habitacion de el para que tuviera tiempo de pensar las cosas.

Lágrimas caían por su sonrisa de plástico.

Decían que era mejor cuando eran amigos, que seguirían siendo amigos, que nada tenía que cambiar. Todo simplemente… volvería a ser como antes. Y por un momento, Tory se permitió creer eso. Hasta que empezó a notarlo. Al principio, pequeñas cosas. La ausencia de su risa cuando todos estaban juntos, las excusas torpes de Demetri cuando ella preguntaba por él, las miradas incómodas de los demás.

Luego, más grande. La forma en que todos parecían dividirse en dos grupos, como si una línea invisible los separara cuando él estaba cerca.

No había ya ese abrazo despreocupado que solían darse al llegar. No estaba la complicidad en las miradas, ni la broma interna que los hacía reír sin que los otros entendieran.

Se dio cuenta de que él nunca estaba cerca cuando ella estaba cerca. Que sus amigos empezaban a organizar planes que, sin decirlo, ya sabían que no incluirían a los dos al mismo tiempo. Miguel incluso, en su desesperación por evitar el conflicto, comenzaba a inventar mentiras patéticas y transparentes sobre por qué él no estaba allí, aunque Tory lo sabía bien. Y ella lo dejaba pasar, sonriendo por fuera y callando por dentro, intentando no romper el frágil equilibrio que quedaba.

El era su mejor amigo, y esa fue la peor parte.

Observaba las fotografías de ambos todas las noches antes de ir a dormir, no podía dejar de pensar en el a cada instante.

¿Qué había hecho mal para que la abandonará de esa forma?

Pero no podía más.

Esto no era "volver a la normalidad". Nada de esto era normal. Y la estaba matando. No lo admitía, ni siquiera a sí misma, pero lo era.

One Shot | KeenryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora