Yuuji se quedó dormido, pero estuvo despierto por un largo rato recordando en lo que había ocurrido, aunque le asustaba era una forma de lidiar con el estrés, debe estar agradecido de que no pasó nada al final y que la próxima va a defenderse mejor, pensando en ello, poco a poco se había quedado dormido.
El sonido de la puerta al abrirse le hizo despertarse, de todas formas aún seguía alerta. Cuando se dio cuenta que era Sukuna, volvió a cerrar los ojos. Pensó que volvería a salir pero en realidad se sentó en la orilla de la cama y extendió su mano tocando su cabeza, por un momento pensó que iba a tirarle del pelo como casi siempre lo hace, sin embargo, solo sintió que le acariciaba suavemente.
"¿No vas a decirme?" pregunta Sukuna, "¿Cómo voy a reclamarle si no me dices qué te dijo o hizo?" su voz era baja en comparación a las veces anteriores en las que hablaban, o más bien discutían, esta vez parece que está interesado en escucharlo, "Es mi responsabilidad, sé que no confías en mí, pero vamos a fingir que sí, no quiero que mamá o papá se enteren y las cosas se vuelvan complicadas, ya sabes, la familia de Kenjaku son amigos de nuestros padres"
Yuuji lo escucha, eso ya lo sabe, pero es incómodo hablar de algo así con una persona como Sukuna.
"Bien, no tienes que mirarme, solo habla y te escucharé" Sukuna se levanta, se mueve hacia el otro lado. Yuuji puede sentir que el colchón se hunde, quiere girarse pero sabe que Sukuna solo se está acostando en ese lado, por supuesto, debe suponer que no iba a dormir en el sofá y además la cama es lo suficientemente grande para dos personas.
Yuuji suspira "Solo... dijo que era lindo... y..." las palabras se quedan atoradas en su garganta, recordando ese momento, ese hombre quería tocarlo de forma inapropiada y sin su permiso ¿debería decirlo?
"Y... me pidió que me desnudara..." la voz de Yuuji comienza a temblar, no quiere hablar de ello pero si no lo hace cómo va a superarlo. Su cuerpo también tiembla ligeramente, otra vez parece que va a llorar, no recuerda haberse sentido de esa forma antes, tan expuesto, tan vulnerable, si hubiese estado en otro lugar a solas con ese hombre, ¿qué tan lejos hubiera sido capaz de llegar?
Sukuna solo lo escucha. Después de beber de ese alcohol, su mente estaba tranquila y bastante relajada, no se inmuta demasiado por lo que Yuuji está diciendo pero sí siente la molestia. El mayor se gira un poco mirando la espalda del menor "¿Qué más te dijo?" pregunta, puede ver que Yuuji está temblando.
"Hm... Me agarró de la muñeca... dijo que... quería verme... yo lo empujé pero él..." Yuuji se queda en silencio.
Él me tocó.
Sukuna mira fijamente su espalda que se encorva como si quisiera adoptar una posición fetal, una posición de autoprotección, le recuerda un poco a cuando el mocoso estaba pequeño que tenía pesadillas y debía ir a verlo porque sus padres no estaban en casa.
"¿Él qué...?" pregunta nuevamente Sukuna luciendo bastante tranquilo.
"Haa... quería quitarme el pantalón a la fuerza..." no es algo que pueda decir tan fácilmente, mejor se saltaba esa parte así como se había saltado algunas otras cosas.
Sukuna sonríe negando con la cabeza "Pobre mocoso, víctima de acoso..." susurra, entonces Yuuji siente que su pecho duele, ¿Sukuna se estaba burlando? Pero, en ese momento se veía molesto, ¿por qué es divertido para él? ¿No puede mostrar un poco de empatía? Yuuji se niega a seguir hablando frunciendo ligeramente.
Sukuna se ríe suavemente, acerca su mano de nuevo tocando su cabeza, deslizando sus dedos entre su pelo "No te preocupes estúpido, me haré cargo de ese maldito bastardo, sigue contándome"
Yuuji ya no sabe si lo dice en serio o solo le está preguntando para burlarse.
"¿Qué más te hizo?' Sukuna pregunta acercándose un poco, estaba cerca pero a la vez lejos de Yuuji, "No pasó nada y no volverá a pasar algo así con Kenjaku, lo prometo" No es común que Sukuna haga eso, hablar y mostrar que le interesa su bienestar auténticamente, bueno, no lo está mirando, tal vez sigue fingiendo y tiene una sonrisa burlona en sus labios.
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DOMINIO Oculto
Fiksi PenggemarEn su familia la apariencia lo es todo, y Yuuji Itadori lucha por seguir sus sueños mientras su hermano, Sukuna, desea controlarlo obsesivamente, dejándose consumir lentamente por su verdadera naturaleza abusiva. Atrapado entre la opresión familiar...