X: Chris, amor deja que yo juegue también -dice mientras intenta quitarle la pelota a Christopher-
Chris: eres pésimo para el Basquetbol
X: así? Oye...
Chris: ¿Que sucede?
X: ¿Por qué aun no me has buscado?
Chris: a qué te refieres amor?
X: Christopher, tu aun no me has buscado
Chris: no tiene sentido que lo haga, no existes, solo lo haces en mis sueños
X: -sonriendo- ¿Sueños? ¿Eso es todo lo que soy para ti?
Chris: -mirándola con intensidad- No, eres mucho más que eso. Eres la realidad que quiero vivir.
X: -acercándose- ¿Y por qué no me buscas entonces?
Chris: -tomando su mano- Porque tengo miedo de despertar y perderte de nuevo.
X: -mirándolo a los ojos- No te preocupes, estoy aquí ahora. -le dice mientras se besan-
Chris: -sonriendo- ¿Es real esto? ¿Estás realmente aquí conmigo?
X: -sonriendo también- Sí, estoy aquí. Y no me voy a ir. -le dice mientras se abrazan-
Chris: te amo
X: ya es hora de que despiertes....
Chris: ¿Que? Noo no quiero hacerlo
X: pues debes hacerlo
Chris: noo
NARRA CHRISTOPHER
Desperté, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. Me senté en la cama, jadeando, con el corazón latiendo fuerte. Ese sueño otra vez. La misma chica, la misma sonrisa, el mismo sentimiento de pérdida cuando despertaba. Miré alrededor de mi habitación, tratando de recordar detalles del sueño. La cancha de basquetbol, la pelota, su risa... Todo parecía tan real. Me levanté y me dirigí al espejo. Me miré, tratando de entender por qué ese sueño me afectaba tanto. ¿Quién era esa chica? ¿Por qué me sentía tan conectado a ella. De repente, recordé algo. La forma en que ella sonreía, la forma en que decía mi nombre... Christopher. Me detuve, mi corazón latiendo más rápido. ¿Y si no era solo un sueño? ¿Y si ella era real?
Salí de mi habitación, y fui a la cocina, mamá ya estaba haciendo el desayuno
Chirs: buenos días madre -dije sonriendo
Margaret: buenos días hijo -sonrie-
Margaret: ¿Cómo estuviste anoche? Parecías un poco distraído durante la cena.
Chris: pensativo Estuve bien, mamá. Solo tenía un sueño extraño.
Margaret: -intrigada ¿Un sueño? ¿Qué tipo de sueño?
Chris: -vacilante- Nada, no es importante.
Margaret: -sonriendo- Christopher, sabes que puedes hablar conmigo sobre cualquier cosa. ¿Qué pasa?
Chris: -suspirando- Es solo que... he estado teniendo este sueño recurrente. Una chica, una cancha de basquetbol... Me siento tan conectado a ella.
Margaret: -interesada- ¿Una chica? ¿Te gusta alguien en particular?
Chris: -negando- No, mamá. No es eso. Es solo... no sé, parece tan real.
Margaret: -acariciando su cabello- Bueno, hijo. A veces los sueños pueden ser mensajes de nuestro subconsciente. Tal vez estás buscando algo o a alguien en tu vida.
Chris: -reflexivo- Tal vez...
Por otro lado con Emily
Emily: buenos días Olí -dice sonriendo
Oliver: buenos días Emi, ¿como amaneciste?
Emily: bien y vos?
Oliver: bien también
NARRA EMILY
Oliver y yo comenzamos a desayunar eran las 7:30 de la mañana, nos preparábamos para comenzar el día de clases, nuevo año nuevas peleas para despertarme temprano
Oliver: volverás a entrar al club de porristas?
Emily: por supuesto que si, Mía y yo somos las mejores cada año
Oliver: de eso no ahí duda
Emily: y tu seguirás en el equipo?
Oliver: pues si, espero que este año entren chicos que sepan jugar
Me reí mientras Oliver hablaba sobre el equipo de basquetbol. Siempre había sido su pasión, y yo admiraba su dedicación. Mía entró en la cocina, sonriendo
Mia: Buenos días, chiques. ¿Listos para el primer día de clases?
Emily: Así es -dije, sonriendo- Estoy lista para volver a las rutinas
Oliver se levantó de la silla.
Oliver: Vamos, no queremos llegar tarde
Me levanté y nos dirigimos hacia la puerta. Mía se detuvo y me miró.
Mia: Em, ¿te pasa algo? Pareces un poco distraída
Me encogí de hombros.
Emily: Nada, solo estoy nerviosa por el primer día
Mia: tranquila cariño, yo también lo estoy, pero vele el lado positivo, quien sabe y este año conoces al amor de tu vida
ESTÁS LEYENDO
Un amor inesperado
RomanceEn un mundo donde la realidad parecía separarlos, dos almas gemelas latían al unísono, sin saber que su destino estaba inexorablemente entrelazado. Christopher Ryder, un joven soñador con un corazón apasionado, había idealizado a la mujer perfecta...