Al llegar entre y me dirigí a la recepción donde se encontraban dos chicas. Después de que confirmaran mi visita por teléfono, me sonrieron y una de ellas me guio hacia la habitación.
Cuando quede frente a la puerta se fue. Toque la puerta y espere unos minutos hasta que Ethan la abrió con una sonrisa al verme.
—Te estaba esperando, princesa —dijo con una sonrisa y nuevamente sus feromonas llegaron a mis fosas nasales causando un leve mareo, satisfacción y algo más.
Bese su mejilla y entre cuando se puso a un lado, mire el lugar encontrando una habitación lujosa, encontré un mueble y me senté.
No iba a contarle sobre aquella voz, tampoco pensé en preguntarle si había sentido algún presentimiento sobre mi ayer, después de todo todavía no se había dado cuentas de la venda detrás de mi cuello y muy en el fondo algo me decía que no debía contarle.
—¿Cómo estás? —pregunte haciendo trazos con mis dedos sobre el respaldo del sofá.
—Ahora estoy mejor con tenerte aquí —contesto con una sonrisa juguetona mientras se acercaba lentamente hacia mí.
Lo miré fijamente y mostré una sonrisa leve cuando su olor llego a mi nariz.
—¿Qué has encontrado de la manada?
Volteo hacia algún punto de la habitación y lo observo un momento mientras esperaba la respuesta, volvió a verme y se cruzó de brazos.
—Sospechamos de una manada que está en la universidad... —sus ojos me escanearon para luego caminar hacia la pequeña isla a un lado, tomo un sobre y me lo dio mientras volvió a hablar. —Estas son algunas pruebas, no pudimos identificarlos, ya que estaba oscuro, sin embargo, estuvieron haciendo cazas en el bosque recientemente.
Entreabrí un poco los labios, tal vez eran ellos los de ayer. Abrí el sobre mirando fotos de algunos lobos junto a dos humanos en el bosque, por sus siluetas supe que se trataban de hombres. Fruncí un poco el ceño cuando no encontré algún lobo parecido a los que nos encontramos ayer.
Tal vez este muy oscuro como para verlo.
—¿Cuál es el nombre de la manada? —Cuestione aun mirando los papeles.
—Dogner —contesto acercándose a mí.
Asentí recordando que era la manada que vi en la cancha de la universidad, el alfa era David, un moreno con ojos azules, su manada contaba con 4 integrantes.
Me quito el documento dejándolo en una mesita a un lado y se inclinó hacia mí poniéndome nerviosa.
—¿Pasa algo? —pregunte nerviosa y mire con una esquina de su boca se elevó en una pequeña sonrisa acercando su rostro más al mío.
—Tu aroma me encanta —dijo acariciando mi mejilla, llevo sus dedos hasta mi cuello haciendo que mi pulso se acelere un poco.
Su aliento caliente golpeo mi rostro y sus labios rozaron los míos haciendo que los entreabriera un poco.
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Escasez de Luna
WerewolfMuchos nos equivocamos respecto al amor; aun así, somos tan autosuficientes para seguir adelante. Pero... ¿Qué pasa cuando esto no es así? ¿Qué pasa cuando ese amor es tu mate/tu pareja predestinada o al menos eso es lo que piensa? Esta es la histor...