Ángel

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Había una vez un ser que creía que realmente había descendido del cielo, llegue a creer que era mi ángel, porque llegó justo en el momento indicado a salvarme, no portaba una espada, tampoco una trompeta, mucho menos una tunica blanca, aunque en un futuro pensó en hacerlo.
Nadie, ni nada había logrado calmar mis tormentos, encender las luces de mi cielo color negro, nadie había logrado penetrar el cerco de púas que rodeaba mi casa, mi alma.
Tomó mi mano y me hizo volar, por primera vez toque las nubes, viví en el paraíso, nunca me imagine volver a caer profundamente al abismo.
Olvide mencionar que no tenía alas, pero si unos  brazos reconfortantes, mortales,  con un solo abrazo podías sentir el calor del mismo infierno.
Creí que había estado en el cielo, creí en una religión, creí en un dios que jamás existió.

La tumba de tus labios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora