Euphoria

Parte 1 - Nada es casualidad

Era Sábado, pasaban de las 7:30 pm y aún estabas en la empresa, debías entregar el borrador con los diseños para la portada del álbum, ya que se acercaba el lanzamiento de Golden.

Sabias que todo tenía que quedar perfecto, de lo contrario ibas a estar en grandes problemas.

Habías olvidado por completo la hora, ya no quedaba nadie en la oficina salvo tú y el sonido del aire acondicionado.

Muy dentro de ti, sabias que esta era la oportunidad de impresionar a Jeon Jungkook con tu talento y no la ibas a desaprovechar por nada del mundo.

Cansada de ver la pantalla de tu computadora, resoplas por lo alto y decides tomar una pausa ya que tu cabeza daba vueltas por el exceso de trabajo.

Te levantas de la silla y vas camino al baño-tambaleando hacia los lados- ya que sentías dormidas las piernas.

Al llegar al final del pasillo te das cuenta que los baños están cerrados con llave, frunces el ceño por el agotamiento que traes y decides sin más subir al quinto piso donde sabes que están los baños de las salas de ensayo, esos siempre están abiertos.

- piensas para tus adentros- espero no toparme con nadie, no quiero que noten la cara de loca que traigo. 

Unas grandes y notorias ojeras se asomaban por debajo de tus anteojos, aunado a que aún no habías cenado.

Tomas el elevador y al llegas al quinto piso, a lo lejos escuchas que hay alguien en la última sala de ensayo, te pica la curiosidad por ver quien es ya que casi nunca subes a ese piso, una voz angelical suena al fondo.

Lentamente te acercas y empujas la puerta, notas que hay alguien practicando una coreografía y tarareando lo que parece una canción en inglés, inmediatamente te das cuenta de que es Jeon Jungkook.

Al ver su silueta moverse lentamente al ritmo de la música , te asustas y cierras la puerta de golpe, lo que hace que te prenses los dedos con la misma y sueltes un grito agudo.

Gritas por lo alto – Ayyyyyyyyyy mierda- te aprietas los dedos con tu otra mano para contrarrestar el dolor que sientes en ese momento.

Dios.... Porque me pasa esto a mí! Exclamas para tus adentros – espero que él no me haya visto. No quiero que crea que lo estoy acosando.