Capítulo 1: Juzgado

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–Bienvenidos al templo Luz del Mundo.


Lo primero que ve Chifuyu al acercarse a la gran edificación junto a sus padres, es a un chico alto de cabello corto y sonrisa dolorosamente brillante, sosteniendo un block de notas entre sus delgados dedos largos.


–Ustedes deben ser los señores Matsuno –Se gira hacia el menor todavía sonriente–. Y tú debes de ser Chifuyu. Es un gusto conocerlos, yo soy Hakkai Shiba -Se presenta cordialmente


La señora Matsuno sonríe en grande.


–Supongo que te notificaron nuestra llegada –Baja un poco el tono cuando pronuncia lo siguiente–. Y que te hablaron del caso...particular de mi hijo –Vergüenza, eso nota Chifuyu en el tono de voz de su madre, y eso lo hace encogerse un poco sobre sí mismo


–No se preocupe, señora Matsuno, Chifuyu no es el primer caso con el que lidia el templo, el señor lo ayudará a sanar, confíe en él –La sonrisa nunca desaparece


El señor Matsuno observa a su hijo con una mueca antes de girarse hacia el joven que los ha recibido.


–Me gustaría oír sobre el programa que tienen, igualmente visitar los alrededores –Espeta haciendo que Hakkai lo mirare un poco incómodo por el claro tono de disgusto.


–Por supuesto, por favor, síganme –Dice y se da la vuelta hacia el templo.


Chifuyu sabe que en el fondo su padre no quiere dejarlo en ese lugar. No porque acepte su orientación sexual, ni de lejos, sino porque él no cree en esas cosas. La única razón por la que asiste a misa todos los domingos sin falta y deja siempre el diez por ciento de su salario en ofrendas mensuales es solamente por su madre, quien a diferencia del señor Matsuno, es una fanática religiosa al completo.

Mientras hacen el tour del lugar y Hakkai les explica las diferentes actividades, Chifuyu agradece no haber comido nada al salir de su casa, ya que está seguro de que lo habría devuelto todo a causa de su estómago revuelto. Quiere irse de ahí.


–Nos despertamos todos los días a las cinco de la mañana para hacer la oración en conjunto, después hacemos ejercicios físicos durante una hora, el tiempo de aseo es de una hora igualmente, a las ocho y quince, todos deben estar en el comedor común para tomar el desayuno, sólo consumimos alimentos saludables –Explica hacia la señora Matsuno, quien parece ser la única emocionada por la situación–. Después de eso, tenemos diferentes talleres como Estudio bíblico, educación cristiana o Doctrina social, donde aprendemos más sobre nuestra santa iglesia y el gran amor de nuestro padre, así como las pautas de comportamientos de un buen cristiano, te aseguro que será muy divertido –Dice mirando esta vez a Chifuyu


–Yuju, estoy impaciente –Contesta rodando los ojos, la señora Matsuno le mira mal pero no dice nada al respecto.


–También tenemos una hora y media de meditación personal, y media hora para estudiar las reglas de discernimiento, antes de irte debes aprendértelas de memoria, después de la merienda, debemos orar de nuevo, tras el almuerzo nos reunimos todos en la capilla para las alabanzas, antes de la cena cada uno debe reunirse de forma individual con el monitor de su grupo para una charla personal y después una puesta en común. Después de la cena toca la oración final presidida por el Padre Tanaka, y eso sería todo. Los domingos son días especiales donde después de la misa uno a uno vamos a confesar nuestros pecados antes de comulgar y después tener la tarde libre para estar en comunidad.

–Eso suena increíble –Asiente la señora Matsuno, después se gira hacia su hijo–. Aquí estarás bien, cariño, después de eso volverás a ser mi lindo niño, el que yo crie y ama a nuestro señor sobre cualquier otra cosa –Le acaricia la mejilla con tanto cariño que al rubio le dan nauseas ¿Se supone que esas palabras deberían reconfortarle?


Hakkai sonríe y retrocede unos pasos.


–Les daré su espacio para que puedan despedirse –Y se aleja por completo


La señora Matsuno abraza fuerte a su hijo y le recuerda que lo ama y que todo lo que hace es por su propio bienestar. Chifuyu no refuta la afirmación, de todas formas es innecesario.

Cuando el señor Matsuno se acerca para abrazar a Chifuyu suspira con pesadez.


–Di que lo sienes, que no eres...eso –Medio murmura. Chifuyu, confundido, trata de establecer contacto visual con su padre, pero el abrazo firme se lo impide


–¿Qué? –Inquiere con voz finita, casi acongojada


–Si te retractas, si dices que no eres un marica, aceptas que te empareje con una novia como es debido y juras que serás un hombre de verdad, cancelaré esa mierda, te sacaré de aquí, iremos a casa y haremos como si nada de eso hubiera pasado –Promete


Chifuyu sonríe con amargura.

¿Retractarse? ¿Negar lo que es y vivir siendo un infeliz que siempre estará encerrado y escondiendo quién es en realidad?

No, esa no era una opción.

El rubio niega lentamente mientras el abrazo se rompe.


–Nos vemos en unos meses –Sonríe con tristeza a su padre.


El mayor suspira con pesadez y se aleja sin decir nada más. La señora Matsuno también se aleja tras decir por última vez a Chifuyu que lo quiere.

El rubio se da la vuelta enfrentándose a la gran edificación, y mientras sus ojos hacen un rápido barrido del lugar, su mirada se cruza con la de Hakkai, quien le sonríe amistosamente y lo invita entre gestos a seguirle.

Van a ser los meses más largos y agonizantes de su vida, piensa mientras se dirige a la puerta principal con su equipaje a mano. 





Dan Dan Daaaaan. Yo aquí con el último Bajifuyu como ya comenté (Al menos en una temporada).

Espero que disfruten de esa historia, de nuevo quiero recalcar que no disfruto del sufrimiento de Fuyu sólo pasa jajaja.

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Gracias por acompañarme en esta nueva aventura

Key nee-san

 

HE PECADO (BAJIFUYU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora