Una relación consta de muchas cosas, sobre todo cuando se trata de personas primerizas. Miles de pensamientos abordan sus mentes, miles de sentimientos quieren ser expresados, miles de momentos van a ser vividos... Y todo lo van a hacer juntos. Nats...
A comparación de los otros dos días, este me ha gustado bastante escribirlo, además de que no me ha costado prácticamente nada.
La idea a llegado a mi y en menos de dos horas ya lo tenía escrito :3
No tengo mucho que decir salvo lo de siempre:
Espero que os guste y nos leemos abajo ~
•——————•°•✿•°•——————•
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•——————•°•✿•°•——————•
Lucy suspiró por quinta vez aquella tarde.
Sentada en su no tan cómodo escritorio, la muchacha había decidido continuar con su novela dado la tranquilidad en la que se encontraba su hogar en esos momentos. Y aunque al principio le había servido para escribir unas cuantas líneas, su mente no dejaba de rememorar el último encuentro con su peli-rosa compañero.
Desde que había vuelto de la tienda la tarde anterior, el chico había estado demasiado pensativo, cosa que al principio no le disgustó. Su silencio era música para sus oídos. Sin embargo, tras pasar un día entero, aquello comenzaba a preocuparle. Y ya no solo por su estado tranquilo y reflexivo, sino porque aunque tratara de mantener una conversación normal con él, el muchacho tan solo asentía o negaba, en absoluto silencio. Tan siquiera sus ojos se habían encontrado ni una sola vez en lo que llevaban de día.
—¿Estará enfadado...? —se preguntó para si misma, a la par que soltaba el sexto suspiro.
No recordaba haber hecho nada, por lo que tratando de desviar la atención de aquellos intrusivos pensamientos suyos, la joven se levantó del asiento y caminó hacia la cocina dispuesta a preparar la cena.
Instintivamente sus ojos fueron a parar al estante donde las tazas que habían comprado el día anterior se encontraban, y por inercia el rostro del muchacho apareció en su mente.
—¿Dónde estás, Natsu...? —inquirió.
Llevaba todo el día fuera, y aunque no tenía por qué preocuparse, lo hacía. El mero hecho de pensar que algo malo había pasado entre ellos, ya la hacía imaginarse un escenario donde el chico no regresaba a casa.
—¿Va a dejarme...?
Rápidamente negó.
No había un motivo para que lo hiciera, y de haberlo, Natsu trataría de resolverlo. Siempre había sido así. No por estar saliendo con ella iba a cambiar su forma de ser.
...
¿Verdad?
—¿Qué estás haciendo?
La repentina voz del muchacho tras ella, la hicieron sobresaltarse a la par que girarse por mero instinto.
—¡N-Natsu! —soltó con el corazón botándole a mil. —Que susto me has dado.
Él solo ladeó la cabeza antes de echarse levemente a reír.
—Perdona, perdona. —se apresuró a disculparse ante la seria mirada de la joven. —Estabas tan pensativa... ¿Va todo bien? —inquirió.
Lucy lo observó por unos instantes. Había vuelto, y ya no solo presencialmente. Su actitud, su mirada, su sonrisa, todo lo que lo caracterizaba, había vuelto. Ahora podía estar tranquila, ¿no es verdad?
—Eso debería preguntar yo, ¿no crees? —soltó frunciendo el ceño.
Natsu parpadeó confuso a la par que, nuevamente, ladeaba la cabeza.
—¿De qué hablas?
—Has estado ignorándome todo el día. —contestó ella, más el tono acusatorio que usó, fue remplazado a uno preocupado. —¿He hecho algo que te haya molestado...? —inquirió.
El muchacho no daba crédito a lo que estaba oyendo.
—No, claro que no. —se apresuró a decir al ver como su mirada se agachaba. —¿Es porque estaba pensativo? —inquirió aun sabiendo la respuesta.
Ella asintió ocasionando que esta vez fuera él quien soltara un gran suspiro.
—Lo siento. No creí que te afectaría tanto... —aseguró él mostrándole un rostro lleno de arrepentimiento. —No estaba ignorándote. —se adelantó a decir al ver como ella abría la boca. —Jamás podría hacerlo.
Aquellas palabras llenas de sinceridad tranquilizaron a la joven. Creía en él, sin embargo había algo que ocultaba, pues su actitud no había sido normal.
—¿Entonces? —preguntó con tono calmado. —¿Qué ha pasado?
Natsu no contestó, o al menos no de inmediato, pues cada vez que abría la boca, la cerraba de inmediato. Aquello confundió a la joven, quien tras insistirle de nuevo, pudo ver como sus mejillas adquirían un leve tono rojizo.
Finalmente y quien sabe de donde Natsu sacó de su espalda, un ramo de flores.
—No sabía cual era mejor para ti. —confesó posando la mirada hacia otro lado totalmente avergonzado. —Pensé que el rojo sería lo ideal, pues es lo más típico. Pero tras pensarlo un rato, lo descarté. Merecías algo que no fuera común. —explicó. —Luego creí que el rosa te gustaría más, al fin y al cabo, es tu color favorito, pero al ir a la tienda vi que no había ninguno con esa tonalidad. —Natsu chasqueó la lengua mientras que Lucy, totalmente asombrada, solo escuchaba. —Así que tras hablar con la dependienta me dijo que este sería...
—Perfecto... —susurró la muchacha.
Natsu posó la vista sobre ella tras notar como le arrebataba con cuidado el ramo de las manos, y las olisqueaba.
—¿Te gustan? —preguntó levemente cohibido.
Ella asintió dejando escapar una risa llena de felicidad.
—Me encantan. —aseguró ella con una gran y tímida sonrisa. —Gracias Natsu. No tenías por qué.
Contagiándose por la emoción de la chica, Natsu negó.
—Quería hacerlo. —contestó. Y posando una mano sobre la rojiza mejilla de la chica, añadió: —Para demostrarte lo mucho que te quiero.
Y si antes el corazón de la chica palpitaba con fuerza, ahora sentía que iba a salírsele del cuerpo.
No había escuchado eso desde el primer día que empezaron a salir, pues debía admitir que no eran una pareja muy amorosa. Ni en palabras ni en hechos. Es por eso por lo que, pese a haber pasado unos pocos meses, se sentía igual de emocionada que aquel día. Incluso más, diría.
Antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, Lucy dio un paso al frente y poniéndose de puntillas, hizo aquello que deseaba desde hace mucho tiempo: juntar sus labios con los de Natsu.
Uno.
Dos.
Tres.
Al cuarto segundo, la muchacha se separó, y con la sonrisa mas cálida y dulce que el muchacho había visto nunca, repitió:
—Gracias.
Y mientras la rubia se alejaba en busca de un jarrón para sus flores amarillas, Natsu apoyó la cabeza contra la pared esperando volver en si.
•——————•°•✿•°•——————•
Primer beso de la pareja ewe. Y sí, van lentos, lentos, lentos, pues en este momento ya han pasado unos pocos meses desde que empezaron a salir, así que quizás para vosotros es raro. Pero quería hacerlo así ^^
Espero que os haya gustado y nos vemos mañana! (En un rato :v) ♥
