Día 5
Como últimamente le pasaba, Allimit despertó tarde, la luz del día se colaba a través de las cortinas. Le había costado dormir debido al dolor que le estuvo aquejando por la noche, no había sido intenso, pero la llenaba de nervios y últimamente eso era lo que le pasaba. La falsa tranquilidad que aparentaba en el día, se esfumaba por la noche y conforme los días pasaban, esa ansiedad y nervios se hacía peor. Sin embargo, se quedó dormida en alguna hora de la noche.
Estaba por ponerse de pie, cuando alguien tocó la puerta de su habitación. Allimit no deseaba responder, sobre todo si se trataba de su hermano, pero la voz que dijo su nombre no era la de él, sino la de Gisela y a esa necesidad que había en su voz, no pudo resistirse.
Gisela entró con lágrimas en los ojos, al tiempo que también parecía enojada, antes de que Allimit tuviera tiempo de ponerse de pie, Gisela se abalanzo a ella y la rodeo con sus brazos. El cuerpo de Gisela, joven y firme, entró en contacto con el de Allimit, que sentía que cada día que pasaba iba perdiendo peso y fuerzas, aun así, le dió el cobijo que Gisela necesitaba.
La playera que usaba para dormir, poco a poco se fue humedeciendo de las cálidas lágrimas de Gisela.
― ¿Porque lloras? ― le preguntó Allimit con genuina preocupación ―. ¿Qué ha pasado?
Gisela continuó en la cama con Gisela sobre de ella. Al principio se sintió incomoda, luego el calor del cuerpo de la joven, le comenzó a brindar algo que nunca había sentido y le agradó, pero luego se reprendió a si misma por lo que cruzó por su cabeza.
―Lo siento ― se disculpó Gisela apartándose de Allimit.
―Está bien, no te preocupes ― dijo levantándose de la cama ―. Dime ¿Porque lloras?
―Pensaras que soy infantil, mejor no te lo digo.
―Te prometo que no pensare eso ― dijo solemne.
―Mi madre me acaba de decir que se va a casar con Asher, ayer que no estuvimos se lo pidió, incluso le dio un anillo.
― ¡Vaya!
― ¿Lo sabías?
―No. Asher no me cuenta nada, solo me da órdenes.
―No esperé que llegara tan lejos.
―Lo siento por ti y por ella.
― ¿Porque lo dices? ¿Crees que mi mamá no está a su mismo nivel? ― manifestó Gisela enojada.
―No me mal entienda, no lo digo por eso.
―Entonces ¿Porque lo dices?
―Porque Asher solo está mintiendo, ahora muestra a tu madre una cara y cuando tiene lo que quiere, tiende a querer que las mujeres hagan lo que él dice. Les prohíbe cosas, les dice que usar, que hacer y ese tipo de cosas machistas. Asher se ha casado tres veces y todas lo han dejado, tiene tres hijos y no los ve mucho, solo les pasa la pensión cada mes y nada más y a mí, todas su ex, me odian.
― ¿Porque?
―Porque creen que yo hubiera podido hacer algo para cambiarlo. Al menos ellas pudieron deshacerse pronto de él.
Allimit se puso de pie y al hacerlo, se mareo y volvió a sentarse.
― ¿Estas bien? ― le preguntó Gisela acercándose a ella.
―Sí, ha sido solo un mareo.
Gisela notó que Allimit se había puesto tan blanca como el papel, vio como sus manos se aferraron al bordo de la cama.
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Siete días
Short StoryQuizás siete días no sean suficientes, pero para Allimit son algo maravillosos al igual que amargos. En siete días vivirá experiencias que con treinta y ocho años de edad no fue capaz de vivir a lo largo de su vida.