Rachael sabía que su hija menor no podría controlarse, así que le pidió a Liana que llevara a la sirvienta, Haylie Barber, con ella cuando viniera.
Al principio, cuando Haylie vio que Liana tenía la ventaja, no planeaba intervenir.
Sin embargo, ahora que Haylie vio a Liana tan enojada por las palabras de Catherine, dio un paso adelante para detenerla rápidamente.
Haylie consoló a Liana amablemente y repitió lo que Rachael había dicho una y otra vez hasta que Liana finalmente se calmó.
Liana ordenó a las sirvientas detrás de ella, enojada, "¡Vengan aquí! ¡Tiren las cosas aquí!"
Luego, dos jóvenes sirvientas subieron y arrojaron dos montones de ropa frente a Catherine.
Liana miró a Catherine con arrogancia. Haylie tenía razón. Catherine solo era palabrería.
Las zorras del campo eran todas así. Por otro lado, Liana era una noble hija de una familia rica. No podía rebajarse al nivel de Catherine.
"Estas son todas ropas que solo he usado unas pocas veces y quiero tirar. Todas son de grandes marcas. Probablemente nunca has oído hablar de estas marcas, ¿verdad?"
Liana se veía arrogante, como si le estuviera concediendo a Catherine un gran favor al darle su ropa usada.
"Te las estoy dando ahora por bondad. ¿Estás conmovida? No necesitas agradecerme. Mira la camiseta desgastada que llevas puesta. Te ves incluso más pobre que un mendigo. Los Swann no pueden permitirse que nos avergüences así. Así que apúrate y cámbiate a estas ropas."
Catherine miró hacia abajo, a su ropa.
¿Era la camiseta que llevaba desgastada?
Acababa de conseguirla anteayer. Ronin le dijo que solo había diez en el mundo, y él solo la consiguió después de hackear más de diez mil computadoras.
Si Ronin no hubiera suplicado repetidamente y la camiseta no fuera de un diseño relativamente sencillo, Catherine nunca la habría usado.
Catherine no podía creer que esta prenda, que el principal diseñador, Marianne, había diseñado antes de retirarse, fuera considerada adecuada para una mendiga a los ojos de Liana.
De repente, Catherine pensó que no debería perder más aliento hablando con Liana.
Al ver que Catherine no respondía, Liana pensó que había intimidado exitosamente a Catherine con su ropa.
"Catherine, papá ha arreglado para que vayas a una escuela. Alguien como tú, que nunca ha ido a la escuela antes, no podría ir a la escuela de otro modo. Sin embargo, no puedes avergonzar más a los Swann, así que papá donó una biblioteca a la escuela para que te admitieran. Recuerda apreciar esta oportunidad. Debes estar agradecida por ello, ¿entendido? No puedes estar desperdiciando el dinero de los Swann todo el tiempo."
Liana pensaba que, a pesar de que los Swann eran ricos, sería un mejor uso del dinero para la familia comprarle unos bolsos nuevos en lugar de gastarlo en una chica de campo como Catherine.
Catherine no pudo evitar reírse en voz alta.
Al oír el desprecio en las risas de Catherine, Liana frunció el ceño y miró a Catherine con una mirada interrogante.
"¿Campesina, de qué te ríes?"
Catherine bajó la cabeza y levantó una ceja, luciendo despreocupada.
"¿Qué crees que me hace reír? Liana, ¿has olvidado que todo el dinero de los Swann ahora es mío? ¿Qué hay de malo en donar mi dinero para construir una biblioteca para que pueda ir a la escuela? Me pides que esté agradecida. ¿Debería agradecerme a mí misma entonces?"
Liana ya no pudo contenerse más. Estalló en llanto de rabia y salió corriendo de la habitación.
Naturalmente, las demás sirvientas siguieron a Liana al salir, corriendo tras de ella.
Finalmente, nadie estaba allí para molestar a Catherine. Miró la ropa vieja en el suelo y sacudió la cabeza, impotente.
Liana era demasiadodébil para estallar en llanto solo después de charlar un rato. No fue nadadivertido.
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Todos sus secretos
Любовные романыCatherine Swann, una simple chica del campo, estaba llevando una vida tranquila y despreocupada en el campo. Pensó que podría tener una vida feliz allí por el resto de su vida. Desafortunadamente, la vida tenía otros planes para ella. Su abuelo dejó...