Cumplí 17 en primavera, recuerdo que ese día llovía, me pregunté por muchos días si fue premeditado hacerlo ese día, pero cuando recuperé la calma me di cuenta de lo absurdo que eso sonaba, era divertido, pensar que el tío imperial realmente sabria cuando es mi cumpleaños.
Yo estaba solo en casa, el eunuco parecía haber esperado que yo estuviese completamente solo, porque luego de un tiempo de la partida de mi primer hermano, él entró, cargando solemnemente el edicto, lo leyó para mi y luego me lo dio. No recuerdo muy bien nada, cuando se fue o si Wei Qin le dio una recompensa en mi nombre, pero cuando salió de la mansión, me reí.
Me reí mientras lloraba, me reí a carcajadas sin ningún pudor, me cubrí lo ojos y reí.
Veía como mi mundo se derrumbaba y yo solo me reí.
Medio año después, nos casariamos, sin vernos una sola vez, el segundo primo imperial y yo no habíamos hablado directamente antes, no habíamos coincidido antes, él volvió a la capital dos meses después de que yo recibiera el edicto imperial. Según sé, hizo grandes logros en la frontera del norte, expulsando a los enemigos del gran imperio con una crueldad salvaje, el pueblo le llamaba héroe y los nobles susurraban monstruo. Un mes antes de su llegada se contaron historias, susurros y el pueblo lo llamó tirano.
Mi padre que nunca me había puesto en sus ojos, sonreía, tan falso, casi burlón, él sonreia mientras me decia que era un chico listo, que debía comportarme como una buena esposa. Incluso los betas pueden ser buenos amantes si saben comportarse, decía.
La concubina Lu, quien me había criado, me compadecía, ella que solo era una muñeca con la que jugar, me compadecía.
Mi primer hermano se mudó a casa el último mes que estuve ahí, cuidó de mi, me abrazó mucho, llenandome de su olor todo el tiempo, todos los días, como si estuviese llenando los huecos de 17 años de un amor distante, de una crianza alienante que lo castigaba si sentía demasiado. Por esos 30 días, me sentí infinitamente amado, y cuando él me soltó, vestido de rojo, cubierto por un velo y lujosas joyas, cuando él soltó mi mano, sentí que me ahogaba.
El segundo hermano, se reía de mi, y el tercer hermano me deseaba felicidad mientras sus ojos me ridiculizaban...dos hijos de concubinas se reian de mi. Cuando mi esposo llegó a mi, como dicta la tradición, me di cuenta de que no era realmente un demonio de dos cabezas y sangre goteante, este demonio se veía sorprendentemente humano; él me miró por un tiempo antes de extender su mano y tomar la mia, no nos movimos por un tiempo y realmente yo no tenia ninguna prisa, su otra mano habia subido a mi pecho, sosteniendo el borde del velo, pero él no lo levantó. Recuerdo a mi quinto hermano, que lloraba y me llamaba al verme irme, finalmente aprendiendo que cuando yo hablaba de casarme, signicaba que ya no volvería a casa.
...mi boda se sintió solemne.
El hombre me llevó a mi nuevo hogar, dormimos en la misma habitación, yo ocupé la cama y él durmió en el sofá, en ningun momento dijo una palabra. La primera semana, realmente pensé que se había vuelto mudo. Él me dio mi espacio...me dio tanto espacio que la soledad resonó en mi corazón. Luego empeze a sentirme mal, demasiado mal y el médico imperial fue llamado.
...habían estado envenenandome por mucho tiempo. No supe quien era, él no me lo dijo, mis hombres, los subordinados que yo había cultivado tan cuidadosamente, no sabian nada. Pero cuando me trajeron la noticia de que la concubina Lu había muerto repentinamente y que mi quinto hermano se había ahogado en el estanque de la casa, no necesite que él dijera nada.
Y aún así dolió.
El cuidó de mi. Creo que él sentía mi rencor, creo que él lo entendía y creo que no sabía como arreglarlo.

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Quiero seguir vivo en dos años
Random...tenía planes. Tenía tantas cosas que quería hacer. Iba a ganar el primer lugar en el examen imperial, estaría un tiempo en la academia, haría méritos y oficialmente entraría al gabinete de gobierno...yo tenía tantos planes. Sería un funcionario e...