El olor de la sangre persistía en su nariz, en su boca, en su piel, era el olor de Wei Qin. Recargó la cabeza contra la fría pared. "Apestas a culpa", arrugó la nariz, mirando el techo de su celda, concentrado en escuchar incluso el mas mínimo ruido en su piso.
El sonido de las cadenas al tensarse era incómodo, un incómodo inquietante, como si algo se arrastrará por su sangre y recorriera su piel, tal vez tenía que ver con él sonido de la carne estirandose y siendo prensada por el acero.
Su compañero de celda se mantuvo silencioso, sus ojos negros recorrían el cuerpo del pequeño beta compulsivamente, llevaba dos días haciendo eso, Xiang Yuan empezaba a preguntarse que estaba buscando. El beta bajó la cabeza para encontrarse con esos ojos, esta mañana, había decidido dejar de mirarlo, le producía escalofríos mirar la forma incómoda en que Zhou Mingyue estaba casi colgando de sus cadenas con los brazos retorcidos tras la espalda, los grilletes se ajustaban con el más mínimo movimiento en su carne. La sangre en su ropa se había secado, las cenizas que lo cubrían había empañado su piel. Y aún así, Xiang Yuan podía sentir el aroma amargo de la culpa en su nariz.
"Creo que la confianza es algo precioso...y no es culpa tuya que te hayan traicionado", bajó la cabeza, sus ojos dorados se encontraron con los ojos negros de su esposo, tranquilos, cómodos, como si no estuviese atado tambien. "Aunque es lamentable, ¿no?".
Crujido.
"¿Estás consolandome?".
Xiang Yuan sonrió, colocando sus adoloridas manos encadenadas en su regazo. "Si, creo que sí", hoy se volvió hablador.
"¿Me odias?".
El pequeño beta parpadeó, sorprendido por esa pregunta. "...no".
El alfa permanecía incomodamente quieto, sus músculos estaban tan rígidos que resultaba doloroso verlo, pero él no mostraba en su rostro, en su voz o en sus ojos, el principe permanecía imperturbable. "Casi dos años...y la mayoría de los días no soportabas verme", su voz fría se había vuelto suave, la fragilidad en su tono golpeó el corazón de Xiang Yuan de una manera diferente.
Xiang Yuan apretó los labios, recordando esa primera y única vez, en que estaba sentado en la cama, sin ver realmente nada, con Wei Qin intentando convencerlo para que comiera, recuerda en un ataque de ira, tomar el plato y arrojarlo al piso...nunca antes habia actuado tan bruscamente con ella, tal vez la había asustado, quizás la habia enojado, pero cuando giró la cabeza para echarla, fue la mirada llorosa en sus ojos lo que lo detuvo. "En mi dolor, me volví una persona cruel", me tratabas tan dulcemente, que temía que mi tristeza te lastimara. "No me gusta querer cosas, aún soy demasiado débil para sostenerlas con fuerza", sentía que estaba poniendo escusas, eso lo enfermaba, pero era la verdad. "No te odio, pero ciertamente, siento lastima por nosotros".
Crujido.
Mingyue quería tanto tocarlo, la celda estaba tan fría y Yuan se veía tan pálido. "Había empezado a olvidar el sonido de tu voz", intentando distraerse de sus deseos, apuñaló su propio corazón. "Tienes una voz hermosa", un día simplemente dejaste de hablarme.
Xiang Yuan se rió, se sonrojaria si algo de calor pudiera tocar su cuerpo. "Creo que podría enamorarme de ti si tuviera más tiempo y si fuera más fuerte, tienes una boca tan dulce".
"Xiang Yuan".
Su sonrisa permanecía, pero sus ojos eran oscuros. "Pero no debería darte esa carga".
"Xiang Yuan", Mingyue lo llamó de nuevo, queriendo que se detuviera, pero no era capaz de hablarle con dureza a esta persona.
"Mi padre me ha vendido. Le resultaba tan repulsivo a la mujer que me dio a luz que no soportaba mirarme, mis medio hermanos me han traicionado, la mujer que me crío me envenenaba", se rió. "Tal vez soy difícil de amar".
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Quiero seguir vivo en dos años
Fantasy...tenía planes. Tenía tantas cosas que quería hacer. Iba a ganar el primer lugar en el examen imperial, estaría un tiempo en la academia, haría méritos y oficialmente entraría al gabinete de gobierno...yo tenía tantos planes. Sería un funcionario e...