CUARTO CAPÍTULO

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"Aún no tenemos hay rastros, no tenemos nada"

Louis estaba desesperado, no había rastro de Freya ni de sus cachorros desde hace más de 5 horas. Toda su manada estaba intacta no había rastros de algún olor desconocido, no había sangre, ni huellas, justo como decía Omer no tenían nada.

"Sigamos su rastro, se de memoria la ruta que toma, lo hacíamos juntos" le dijo a Omer su cuerpo se movió rápidamente, juntos siguieron la misma ruta que tomaba Freya, corrió sin detenerse buscando su olor a través de la nieve.

Sangre.

El olor se hacia casa vez más fuerte a medida que corrían, Omer llego primero a la escena poniéndose delante de él, la sangre cubría la nieve y los cuerpos de tres lobos blancos yacían frente a él.

Freya, Samantha y Oliver. Asesinados.

Cayó de rodillas tapando su rostro, lloro. Freya, su mejor amiga desde cachorros, su mano derecha, muerta, de la forma más salvaje en que puedes matar a un lobo.

"Louis" Omar se agacho junto a él "Alfa. Voy a mandar a mis hombres a su manada y vamos a vengarla cueste lo que cueste" Quito las manos de su rostro mirando a Omer en un pacto silencioso.

"Lin, Kerem" se levantó corriendo alrededor del lugar llamándolos.

Solo tenían cinco meses. Su Lin es tan curioso, todo le causa curiosidad y al mismo tiempo trata de meterlo en su hocico, siempre se esconde en los lugares más pequeños en los cuales era casi imposible encontrarlo, es todo lo contrario a su pequeño Kerem, el pequeño es el bebé mas tranquilo que conoce, y es suyo. Son suyos.

"No están aquí alfa o habrían salido a tu encuentro"

Su mente no dejaba de repetir imágenes donde sus cachorros tampoco estaban con vida y eso le aterraba.

"Lo sé ¿y si se los llevaron?"

"Muy probablemente, voy a salir de inmediato con Kiran y Lia.

Omer lo había obligado a volver a la manada siendo recibido por los brazos de sus padres sintiéndose derrotado, sabía que sus hombres lograrían averiguar si sus cachorros estaban en la manada de los zorros. Malditos traidores, si llegaban a estar y ellos fueron los causantes de la muerte de Freya no habría poder en la tierra o cielo que lo detenga de acabar con ellos.

"Cachorro ellos están bien, ¿no lo sientes?" Pregunto Ada, su mamá.

Suspiro, puso su mano en su pecho justo en su corazón y forzó el lazo que su lobo mantiene con sus lobeznos. Están vivos puede sentirlos. Están en calma, no encontró miedo en ellos, solo comodidad.

"Están vivos" dijo a su mamá, ella sonrió aliviada por sus nietos, pero su corazón estaba de luto por su amada sobrina.

"Lo sabía cachorro, mis nietos son fuertes igual a ti" beso su cabeza con cariño masajeando su espalda.

Se levantó de los brazos de su madre y salió camino a su cabaña dispuesto a informar a su gente lo que había ocurrido, aunque primero debía pasar por la casa de Freya.

Subió tres escalones, quedando con la altura para ver a toda su gente y se dirigió a ellos con tristeza y la voz ahogada.

"Freya a muerto, junto a ella Samantha y Oliver"

Los murmullos empezaron a surgir reclamando la información que su corazón no quería aceptar. Vio a sus padres y los de Freya abrazándose mutuamente, sentía el dolor de ellos en carne propia.

"Mis cachorros están perdidos- "tomo un respiro tratando de calmarse.

"¿Fueron los zorros?" Pregunto alguien a lo lejos.

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