kill your darlings ౨ৎ harry potter

➛ 𝟬𝟬𝟰.

capítulo cuatro ⭑ remus lupin

Nate,

Estoy furiosa.

¡Snape me prohibió ir a Hogsmeade! ¿Quién se cree que es? Dice que es peligroso por el absoluto tonto de Sirius Black. ¡Como si le importara! Probablemente sería el primero en festejar si me matara, así que no entiendo cual es su problema.

Como sea. Estaba de camino a la torre de astronomía para escribirte y leer un poco, pero tuve que detenerme y sentarme en un pasillo aleatorio porque temo que si sigo caminando podría hacer una parada rápida en la oficina de Snape y aplastar su cabeza contra su escritorio. Dudo que eso me lleve a Hogsmeade, así que estoy resistiendo la tentación.

Regulus ofreció quedarse conmigo, pero le dije que fuera. Fingí ser lo suficientemente desinteresada para querer que mi mejor amigo disfrute sus libertades, pero Snape eligió un mal día para cabrearme, porque la luna llena de esta noche me tiene al limite y ahora estoy de un humor terrible. Sabes que prefiero evitar a la gente cuando estoy de mal humor, así que también estoy evitando a Hadley (sus tíos no firmaron su autorización, está en el castillo con su hermano).

¿Crees que puedes usar tu influencia como mi padrino para decirle a Snape que se vaya a la mierda y que puedo hacer lo que yo quiera? Te lo juro, Nate, si en la próxima visita tengo que quedarme también, cometeré un asesinato. O un suicidio.

—¿Athenea?

La pluma de Athenea dejó una gran mancha de tinta en su pergamino cuando presionó con demasiada fuerza por la sorpresa.

Miró hacia arriba desde el suelo, encontrándose con los ojos curiosos del profesor Lupin. Miró alrededor para ver que no había nadie más. La mitad del alumnado debía estar en el pueblo y los niños más pequeños se mantenían tan alejados de los salones como fuera posible. Encontrar una alumna de tercero sentada en un pasillo solitario, debía ser extraño.

—Hola, profesor Lupin —saludó cortésmente. No estaba segura de que pensar sobre este profesor, pero no sería nada menos que educada.

A todo el mundo parecía gustarle Lupin. Interiormente, ella sabía que era el mejor profesor de DCAO que habían tenido, y que jamás había sido malo. En realidad, era bastante agradable. Pero Athenea era terca, y no confiaría en él hasta tener pruebas suficientes de que era un hombre confiable.

—¿Qué estás haciendo aquí? —cuestionó el hombre —¿No fuiste a Hogsmeade?

Ella olvidó momentáneamente que él era un profesor, y resopló frustrada —Snape me prohibió ir. Dice que es peligroso para mi. Lo odio tanto.

Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal al darse cuenta que estaba criticando a un profesor con uno de sus compañeros de trabajo. Lo miró con sus labios en una fina línea, esperando ser regañada, pero se sorprendió al ver que Lupin tenía una pequeña sonrisa cuyo significado no supo identificar.

—Ya veo —dijo. La observó por un momento —¿Quieres pasar a mi oficina? Acabo de recibir un grindylow para nuestra próxima clase.

—¿Un demonio de agua? —preguntó interesada. Siempre le interesaron las criaturas, cuando era pequeña pasaba mucho tiempo aburrida en su mansión leyendo sobre ellas.

—Sí. ¿Te gustaría verlo?

Athenea lo pensó por un segundo. No iba a negar que le gustaría, pero otra parte de ella quería huir lejos de él. Sabía que era una estupidez. Lupin estaba siendo amable con ella, y esperaba pacientemente su respuesta, sin querer presionarla a nada.