¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Legado. Reputación. Estatus. Orgullo. Cuatro cosas que lo eran todo en la familia Malfoy.
Athenea nunca tuvo una vida sencilla. Desde pequeña se le exigió la perfección. Se la educó para que fuera fría, calculada, una serpiente de pies a cabeza. Una persona digna de cargar con el apellido.
Sin embargo, siempre hubo algo que la distanciaba de su propia sangre. Toda su vida tuvo la sensación de que había algo realmente mal en ella; nunca fue capaz de encajar con su familia, y muchas veces sentía que ni siquiera era parte de ellos. En pocas palabras, se sentía diferente, pues siempre fue capaz de notar las diferencias que sus padres hacían entre ella y su hermano.
Draco era el hijo amado, consentido, halagado, el orgullo del matrimonio Malfoy. Por otro lado, Athenea era despreciada, alejada, odiada, una decepción. Criada como un objeto de interés del que esperaban poder deshacerse pronto.
Durante un largo periodo de tiempo, a Athenea no le importó. No era mala porque no le interesaba serlo, y no era buena porque no tenía una razón para serlo. Simplemente calló e hizo lo que se le pidió. Hasta que algún día, encontró algo, y alguien, que la hizo luchar contra esos ideales que se le forjaron desde pequeña.
Pero una Black jamás dejaba de ser una Black. La locura, la crueldad y la mente sádica que viajaba de generación tras generación, no se borraraba.
La primera vez que Athenea vió la sangre en sus manos, se sintió diferente. Y entendió que la única forma de poder liberarse de aquellos que la hirieron, era siendo igual, o peor.
Odio. Rencor. Venganza.
Ojo por ojo.
Vida por vida.
Un Black por un Black.
𝗹𝗲𝘁 𝗺𝗲 𝗶𝗻𝘁𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝗲 𝘆𝗼𝘂... 𝘁𝗵𝗲 kill your darlings𝗰𝗮𝘀𝘁 !