Orgullo | HyunLix ( Terminada )

VIERNES

Con su cuerpo adolorido y el corazón destrozado en mil pedazos debe abrir sus ojos una vez más, apaga la alarma de su teléfono y se endereza sobre la cama, viernes.
Quitó las sábanas que cubrían su cuerpo y se colocó los zapatos, arrastrando sus pies como si de un cuerpo inerte se tratase salió de su habitación. No quiso ducharse, seguía con la ropa del día anterior y tampoco se preocupó por cubrir los moretones con maquillaje, ¿Eso de qué serviría?
Cuando llegó a la cocina su madre se encontraba lavando la vajilla, sabía que estaba ahí, pero no podía ver a los ojos a su hijo, aún seguía mortificada por sus gritos y lamentos.

Sentía culpa.

— ¿Por qué no lo detuviste? — Tenía la mirada perdida en algún punto de la habitación, el tic tac del reloj y la mujer dando las noticias le hacían doler la cabeza.

— Estás confundido, debes enderezar tu camino.— Respondió aún sin mirarlo.

— Con dieciséis votos a favor, seis en contra y tres abstenciones el matrimonio igualitario ha sido rechazado, faltando un voto para la aprobación del dictamen.

— ¿¡Ves!? — Esta vez su madre lo mira mientras que seca sus manos.— Ahí está la prueba.— Señala con la mano a la televisión.— La homosexualidad es una desviación, ¡Una depravación de la naturaleza! — Los ojos de Félix no tardan en llenarse de lágrimas, cada palabra se siente como dagas en su pecho.— ¡Tú no eres así, hijo! Estás confundido...

— No...— Niega con la cabeza gacha reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir sin piedad.— No estoy confundido...

— ¡Lo que elijes te llevará al infierno!

— ¡El infierno lo vivo con ustedes! — Contraataca mirándola a los ojos, su respiración errática y el pecho subiendo y bajando.

— ¡Nosotros debemos de guiarte! — La voz de su madre se quiebra, ninguno de los dos puede controlar la frustración.— El que elije el castigo a su hijo aborrece... pero el que lo ama desde temprano lo corrige.

— ¿El que lo ama...? — Una sonrisa cargada de enojo se dibuja en sus labios, niega casi divertido, no puede creer lo que está escuchando salir de los labios de su madre.— ¿Esto es amor, madre? — Le cuestiona mientras señala uno de los moretones en su rostro.— ¡Toda mi vida he controlado como pienso y como actúo! — Apoya las palmas de sus manos con fuerza sobre la mesada.— y en el momento en el que intento tener mis propias decisiones, tanto ustedes como la sociedad me lo impiden. Ustedes no me aman a mí, ustedes aman la idea que tienen sobre lo que creen que soy.— Inclina su rostro hacia adelante y su sonrisa se ensancha, finalmente está diciendo lo que siente.— ¿Sabes lo que soy, madre? ¡Soy gay! — Su madre niega, sintiendo inaceptables tales palabras.— Así que, dime, ¿¡Por qué no puedes amarme tal y como soy!?

Siente su garganta arder, siente que si sigue gritando y llorando romperá sus cuerdas vocales. Claro que su pecho duele, todo duele, pero lo que más duele es ver la decepción en los ojos de su madre, porque podía soportarlo de parte de su padre, pero, ¿De ella? Jamás lo hubiese esperado.
La mano impactando contra su mejilla lo hace desviar la mirada, no puede creer que su madre se haya atrevido a golpearlo, si creía que no era capaz de sentir más dolor, estaba muy equivocado.

Sale corriendo de lo que antes conocía como su hogar y sabe que ya no hay vuelta atrás, no le importa si debe vagar por las calles, si padece de frío, calor o hambre, está seguro de que no piensa volver a una casa en donde sus progenitores no aceptan quien es y que pretenden obligarlo a seguir son equivocadas normas. Aquello no es vida para nadie.
Corre hasta que sus piernas flaquean y cae de rodillas al césped, sus uñas se entierran en la tierra mientras grita y llora por sus padres, por la escuela, por Hyunjin, por la sociedad.
Siente que todo le dan vueltas, todo se vuelve aún más borroso y se desespera al sentir su corazón latir con tanta fuerza sobre su pecho, ¿No puede arrancarlo? ¿Por qué respirar cuesta tanto? ¿Por qué escucha a su padre?

Todas las palabras tienen peso.

Cada comentario se ha grabado en su cabeza.

¿A caso es tan malo ser gay?

Con algo de dificultad logra ponerse de pie, está abrazándose a si mismo, siente náuseas, ya no quiere oírlos más.
Ha sido suficiente, está a punto de colapsar, camina hacia la carretera y a lo lejos ve el autobús dirigirse hacia él a gran velocidad. Sin importar lo mucho que agite sus brazos y que le gritara que se detuviera el conductor no se detiene.
Debería correr, debería quitarse del camino, pero sus piernas han dejado de responder y el cansancio le ha ganado.

De repente, todo se vuelve negro.

¿Así es como acaba su vida?