MARTES

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Misma situación, diferente día.
Su madre deja caer el periódico sobre la mesada y Félix lo toma, hoy su padre se ha despertado más temprano y ambos han llegado a sentarse al mismo tiempo a la mesa.
Mientras que la señora Lee sirve el desayuno a su esposo el televisor con las noticias matutinas suena de fondo.

Ante la reforma propuesta por el congreso el obispado de la ciudad ha organizado una marcha en defensa del diseño original de la familia.

— Eso es lo mínimo que tendríamos que hacer.— Dice el señor Lee haciendo un ademán con su mano.— No podemos permitir tales aberraciones.

— Espero que aquellos que están desviados vuelvan a encontrar su camino.— Responde su esposa mientras unta mantequilla en las tostadas.

— Tú cállate y apúrate con el desayuno, cada día estás más lenta.— Dice el hombre entre dientes antes de arrebatarle el periódico de las manos a su hijo.

Y como siempre Félix se queda en silencio, las palabras se quedan atoradas en su garganta y para evitar una discusión acaba su desayuno en silencio, aunque su estómago esté cerrado y no entre ni una sola migaja de pan más.
Cuando se encuentra esperando nuevamente el autobús el chico del día anterior vuelve a pasar a sus espaldas hablando por teléfono, ¿Otra vez?

— ¿Será que Lisa es el hombre? En mi caso ese soy yo, porque mi novio es el pasivo... además de que es muy afeminado.

Esta vez decide ignorar todo y a todos, apenas es el segundo día de la semana y no puede permitir que arruinen un día más de su vida. Rasca su nuca con incomodidad y se gira hacia la carretera, estira su brazo para frenar el autobús cuando lo ve llegar y nuevamente no para, con extrañeza ve llegar al mismo taxi del día anterior y no le queda más opción que subirse, ¿Para qué ir contra la corriente?

— Al parecer mañana tendré mucho trabajo con eso de la marcha.— Y ahí va otra vez, el de pecas suspira de aburrimiento.— Admiro mucho a quienes defienden a la familia, porque por algo Dios ha creado al hombre y a la mujer... pero bueno, esa es mi humilde opinión.

A veces las personas deberían ahorrarse sus comentarios y “opiniones” que no hacen más que meterse en la vida y decisiones ajenas, detesta la excusa de “sólo es mi opinión”, pero en verdad sólo quiere llegar a clases sin tener que lidiar con más comentarios homofóbicos por parte de todos.
La misma chica de siempre vuelve a empujarlo al entrar al salón de clases, ¿A caso se han perdido los modales? un simple “permiso” no le costará la vida, pero como siempre, Félix se ha resignado, acepta que hay cosas que no van a cambiar jamás.

— Hey, ¿Se acuerdan de mi ex? — Pregunta Changbin cuando ve a su compañero sentarse a su lado.— Pues, parece que se hizo lesbiana.

— ¿Qué? ¿De verdad, bro? — Cuestiona Minho en tono burlón, no nota la mirada de desaprobación por parte del australiano.— Si hubiese estado conmigo sería diferente.

Santo Dios. Félix cruza sus brazos por encima del pupitre y gira su rostro para observar a Hyunjin, esta vez aparta rápidamente la mirada al notar que el rubio lo había descubierto, también lo estaba mirando y con una coqueta sonrisa plasmada en sus labios. Las mejillas adornadas de numerosas pecas se tornaron de un violento color carmín que lo delataban, aunque, no pudo ni quiso esconder la enorme sonrisa que curvó la comisura de sus labios.

Hyunjin también lo estaba mirando. Y le estaba sonriendo. A él.

Cuando regreso a casa su rutina se repitió como cada noche.
Paso número uno: encerrarse en su habitación en busca de tranquilidad.
Paso número dos: hacer su tarea.
Paso número tres: recostarse a oír música a través de sus auriculares mientras chequeaba sus — inexistentes — mensajes sin responder y sus redes sociales.
Esa noche se quedó dormido viendo las fotos de Hyunjin, la sonrisa en ningún momento abandonó sus labios.

¿A caso estaba teniendo su primer crush de la adolescencia?

Orgullo | HyunLix ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora