Orgullo | HyunLix ( Terminada )

LUNES

Tic, tac, tic, tac, tic, tac...

El reloj que cuelga adornando el comedor de la familia Choi marca las siete en punto. Un hogar típico de familia tradicional y estrictamente religiosa, cruces, figuras de santos y un pequeño altar iluminado con velas son parte de la decoración del lugar.
La pintura color crema de las paredes lo hace ver apagado, casi sin vida, es aburrido y deprimente de sólo pasar un segundo allí y peor para él, que tiene que ver aquello cada día de su vida.

Mantiene un codo apoyado sobre la larga mesada de mármol y su mejilla descansa en la palma de su pequeña mano, ni siquiera su madre adentrándose y aventándole el periódico logra sobresaltarlo, no se inmuta.

— ¿Qué quieres para desayunar? — Pregunta la señora Choi a sus espaldas, junto a la estufa.— ¿Huevos revueltos o cereales?

Beomgyu toma el periódico entre sus manos, uno de los llamativos títulos del día es: “Joven muere arroyado por un autobús al arrojarse a la carretera ”.
Basta con leer un poco más para entender lo que acababa de pasar, a un lado otro título: “La ley del matrimonio igualitario ha sido rechazada”.
Su respiración agitada y las lágrimas acumulándose en sus ojos no alertan a su madre, quien está demasiado ocupada como para darse cuenta de la situación.

¿Y si fuera él? ¿Y si ese también fuera su trágico final?

No murió, lo han matado, la sociedad ha sido la responsable.
La angustia y el temor de correr con la misma suerte lo invadió, ¿Hasta cuándo sería así? ¿No podría enamorarse?
Un grito ahogado escapó de sus labios y aún así, ni su madre ni su padre se inmutaron. Nadie hizo nada.

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꒰ FIN ꒱
☆ Esta es una historia corta que tenía muchas ganas de escribir, espero que la moraleja y/o intención sea clara.
Como el día a día del protagonista de la historia se ve afectado por la intolerancia de la sociedad, como nadie más que él se da cuenta de lo que está pasando y como al final toma el valor para confrontarlos y aún así la sociedad se niega a cambiar, causando que Félix tuviera un trágico final.
Mientras no haya un cambio y conciencia colectiva la situación va a seguir repitiéndose día a día, sin importar el siglo en el que nos encontremos. El odio sólo genera más odio