𝓒. o2

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𝒞AP. O2
CASTIGO,
CONFESIÓN
*ೃ༄

Otro impacto sobre mi espalda, dejándome una sensación picosa, sentía la línea de sangre correr. Las lágrimas que contenía comenzaban hacerme efecto, ellas se deslizaban por mis mejillas como una cascada de agua.

—¡Te daré los cuarenta latigazos, pecador! —una vez más, ese maldito látigo chocaba contra mi piel. Solo podía apretar mis puños con fuerza y maldecirme por todo aquello malo que cometí.

A medida que los números pasaban, los latigazos comenzaban hacerse costumbre pero más dolorosos. Tenía la mirada puesta encima de la fogata, con la figura espeluznante de mi madre. Ella estaba ahí, parada sin hacer nada; ni siquiera por su hijo.

—¡Di tus pecados, joder! —gritó mi padre. Apreté mis manos tras otro golpe que sentía.

—¡No me pueden castigar solo por amar! —grite con un tono desgarrador, quedó mi garganta seca con una sensación de espinas.

Sentí su respiración cerca de mi oído, agitado —No es por amar, Tom, es si no a quién amas.

Y ahí fue cuando abrí mis párpados de un golpe y mis ojos se encontraron con el techo blanco. El pecho me bajan y subía con rapidez.

Primer día solo con una maldita iglesia a cargo. Me levante de la cama, adolorido por la mala posición en la que había dormido.

El teléfono comenzó a vibrar, y carajo, apenas eran las diez de la mañana, ¿quién era el intenso que quería hablar conmigo?

Tome el teléfono —¿Ajá? —hablé, con el cepillo de dientes en la boca.

¡Hola, nieto querido! —ay carajo, casi se me salía una ola explosiva del saliva. Comencé a toser a lo desquiciado al escuchar su voz, ¡era mi abuela! ¡¿cómo podía haber sido tan desubicado?!

—Hola abuela... —choque mi pie contra el mueble del pasillo. Contenía mis gritos y llantos de niñato mordiéndome la mano —. ¿C-Cómo estás, q-qué es lo que se te ofrece?

Ay, pues tú sabes que tus padres han tenido que viajar por trabajo y la iglesia ha quedado a tu cargo.

Fruncí el ceño levemente —Si, si, eso lo sé.

Hice que unas amigas mías se interesaran en ir hoy a confesarse, ¿tú crees qué puedes encargarte de eso? Sabes, no es para tanto, son mujeres adultas...

Otra vez chocándome con algo. Comencé hacerme masajes en la cabeza después de haberme dado contra el mueble de la cocina, largaba quejas como un perro hambriento y desesperado por su dueño.

Asentí, sin saber el motivo cuando nadie me estaba viendo —Si, abuela. De hecho, me hiciste acordar que hoy son las confesiones de los socios de papá —me senté en el sofá, con un pequeño paño que cubría el hielo para calmar la hinchazón de mi pie —, no tengo ni ideas quienes son y siendo mi primera vez haciendo esto...

¡Ay, mi vida! No tienes porqué tener miedo, es algo bueno para la vida. Sabes los valores que tienen estas acciones para la familia —miraba un punto fijo mientras las palabras de mi abuela recorrían mi cabeza —. Tener la confianza de todo desconocido es como tener un arma mortal, literalmente estás dejando tu vida a un lado para ayudar la vida de otra persona.

Lustful Faith  .ᐟ  twcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora