𝐂𝐋𝐎𝐍𝐄𝐒-JakeHoon

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

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Estaba dando vueltas en la cama buscando el calor contrario, el cual con pesar no lograba conseguir, abriendo los ojos lentamente contemplándose completamente solo. Se estrujó los ojos mientras  seguía intentando acoplarse a la poca luz solar que traspasa las ventanas, en su irritación por la misma pensó que era mejor comprar unas mas oscuras de tela gruesa.

Se irguió y soltó un bostezo siendo consiente de la tela cubriendo su desnudez, lo cual lo hizo sonreír de manera instantánea y revolcarse un poco de la emoción. Había tenido sexo con su novio, por fin, solo de recordarlo hacia latir su corazón de una manera tal que sentía correr una maratón, podía decir que su felicidad era completa. Notó la hora en su regocijo, eran pasadas las siete lo cual lo hizo levantarse con velocidad para dirigirse al cuarto de baño, ya para esas horas estaría comiendo algo para minutos después salir hacia su lugar de oficio. Mientras se duchaba ya suponía que Jake no se encontraba en el lugar, solía irse bastante temprano a su trabajo.

De pronto el nombre de Jake le resonó un par de veces más… Jake, Jake’s… sus clones estarían a fuera ¿Qué se supone que haría? ¿Podía dejarlos solos? La idea de llamar a su novio cruzó por su mente pero al verdad, tenía entendido que él no sabia manejarlos del todo y no quería estresarlo con toda la situación. Salió de la ducha dándole más vueltas al tema mientras buscaba su móvil, aunque un pequeño flashback le recordó que lo había dejado en la  sala.

Sunghoon se vistió y salió de la recámara un poco intranquilo para dirigirse en busca de su teléfono quedando inmóvil frente a la cocina al ver las réplicas de su novio… por un momento quiso pensar que era un sueño pero eran tan reales. Por unos segundos se les quedó viendo sin nada más que decir.

—Buenos días — dijeron al unísono sacando al pálido de su ensoñación.

—B-Buenos días — respondió pasando de ellos en dirección a su móvil el cual había visualizado en una pequeña mesa decorativa, revisándolo rápido al ver cientos de llamadas perdidas de su mejor amigo, un carajo… había olvidado llamarle.

—¿Tienes hambre? — preguntó uno de ellos. Quiso decir que no, pero su estómago gruño sin que tuviera la opción de responder con su voz, aunque ya era tarde y tenía varios clientes para el día de hoy.

—En realidad, hoy tengo prisa — respondió un poco incómodo, no sabía cómo interactuar con ellos a pesar de que tenían la apariencia y voz del moreno. Y ellos en ese momento mantenían la distancia, entendían la sorpresa y que debían ser cuidadosos por todo lo sucedido la noche anterior. Ayer estaba emocionado y positivo, hoy simplemente extrañado.

—Bueno precioso, no hagas que nuestro esfuerzo sea en vano — dijo el pelinegro acercándole un portaviandas— llévatelo, al menos podrás comer algo al llegar — agregó haciendo que Sunghoon lo tomara con cautela y asintiera lentamente. Por alguna razón estaba nervioso, en todos los sentidos, pero intentaba no ser muy obvio, sin éxito.

—Gracias…— agradeció en voz baja queriendo preguntar algo antes de marcharse — ¿Descansaron bien?— cuestionó aclarando su garganta todos asintieron menos el Jake que estaba frente a él el cual se acercó más y más, obstruyendo su espacio personal.

—Habría descansado mejor… si hubiese sido yo quien te hubiera hecho gemir en la noche — susurró haciendo que Sunghoon diera un paso atrás — aunque estoy feliz de que alguien tuviera diversión por fin — añadió estirando su mano para arreglar el cuello de la camisa del pálido intentando dejar entre ver un poco las marcas de la noche anterior.

—Déjalo — escuchó al ahora rubio acercándose a ellos interceptando al pelinegro — Ya basta, no lo pongas incómodo — parecía retarse así mismo y Sunghoon se sentía sofocado con aparente razón, un ligero mareo y no sabía cómo continuar, intento hablar pero eso fue imposible.