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Él universo parecía estar de su lado este día, todo parecía salir tal cuál lo habían planeado. Los gritos eufóricos de los fans cada vez que se acercaba provocaba un placentero burbujeo en su estómago. Sus caritas bañadas de lágrimas por verlo posar para ellas, simplemente perfecto. Sonrió coqueto mientras movía sus caderas al compás de la melodia, sabía que esos gestos volvían locas a sus fanáticas.

Subir al escenario junto a sus miembros era la mejor parte de ser famoso, amaba la sensación de adrenalina de estar rodeado de esa atmósfera de pasión. Él repentino sudor que goteaba su cuerpo cada vez que bailaba. Su ego subía de una forma vanidosa cada vez que estaba ahí.

Pero lo que más amaba de estar en ese escenario, era verlo a él. Verlo bailar al compás de la música, con su grande cuerpo moviéndose con una facilidad envidiable. Su camisa se pegaba a su pecho dejando marcar parte de su cuerpo que lo hacía delirar de formas inimaginables, se sentía un pervertido por pensar de ese modo de su amigo y compañero de banda. Pero nadie puede culparlo, Jeon Jungkook sin duda era la perdición para cualquier mortal.

Verlo realizar el paso de Silver Spoon le quitaba el aire. El control que se cargaba para moverse de ese modo, Dios, era imposible no considerar que debía ser un puto profesional en la cama, ese movimiento dejaba mucho en que pensar.

—¡Army! — la gruesa voz de Namjoon aumentó los gritos de las fans. Él moreno sonrió dejando apreciar sus hoyuelos —¡Muchas gracias por todo! ¡Te amo! Mantente saludable y espera por nosotros, nos volveremos a ver.— él líder hizo un movimiento de cabeza para que realizarán una fila

Todos los miembros se alinearon, para tomarse de las manos. Jimin sonrió alegre y un poco nostálgico por tener que despedirse de army, pero debía admitir que un descanso no le vendría nada mal. Jin tomó la mano del rubio y Tae tomó la otra. Hicieron una gran reverencia para sus fans, para luego despedirse de ellas hasta que estuvieron fuera de su vista.

Los miembros del staff se aproximaron a ellos, comenzando a echarles viento y ofrecerles agua y otras cosas que necesitaran. Pero lo único que Jimin deseaba en ese momento era su preciada cama.

—¿Te encuentras bien Jimin-hyung?— su bailarín, Alex, se acercó a él luciendo una mueca preocupada en su rostro.

Jimin chasqueo su lengua.

—Me siento destruido, Alex— bufó.

Él muchacho sonrió comprensivo.

—¿Quieres que te lleve cargando a los sillones?— se ofreció estirando sus brazos.

Jimin lo considero, pero termino negando. Después de todo, Alex también debía estar cansado.

—¿Puedes ayudarme?— abulto sus labios, intentando lucir tierno, cosa que logró. Él bailarín asintió sin rechistar.

Alex sujeto un brazo del rubio para pasarlo por su cuello, para luego rodear su cintura ejerciciendo un poco de fuerza en su agarre. Jimin suspiro cansino, ambos caminaron con calma hacia los sillones. Con cada pasó sentía su cuerpo debilitarse, agradecía que eso sucediera una vez dejará de estar en el escenario.

—Lo hizo muy bien hoy Hyung — alentó Alex. Jimin sonrió complacido.

—Tú también lo hiciste genial.

—Es un gran cumplido viniendo de usted.— las mejillas del muchacho se colorearon. Jimin inclino su cabeza, encarando al muchacho quien desviaba su mirada a todos lados con timidez.

—No seas tonto. Soy un tipo cualquiera— sonrió ladino, continúo molestando al bailarín.

—Un tipo cualquiera no tiene su talento, belleza, dinero...— bufó divertido.

Cosas De Bros KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora