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Durante el rodaje de Descendientes 4, el set estaba lleno de energía. Entre tomas, el elenco se divertía compartiendo bromas y disfrutando de la compañía mutua. Emily, quien había estado intentando distanciarse un poco de Ruby, había comenzado a pasar más tiempo con Malia desde que le dieron un papel en Descendientes, una de las nuevas integrantes del elenco. Malia era simpática, encantadora y siempre lograba hacer reír a Emily. Sin proponérselo, las dos comenzaron a formar una amistad cercana, lo cual no pasó desapercibido para Ruby.
Ese día, mientras grababan una de las escenas más importantes, Emily y Malia compartían sonrisas cómplices y chistes internos entre cada corte. En una de las pausas, Malia le lanzó un cumplido que hizo que Emily se sonrojara.
—¿Sabes? No sé cómo lo haces, pero logras que hasta los trajes más ridículos se vean bien —dijo Malia, con una sonrisa juguetona mientras observaba a Emily, que llevaba puesto su llamativo disfraz de pirata.
Emily rió y negó con la cabeza. —Oh, por favor, no te burles. Este sombrero pesa más que yo.
—Aun así, lo haces ver genial. Tienes un don, chica —dijo Malia, guiñándole un ojo.
Ruby, que había estado observando la interacción desde lejos, sintió una punzada de celos que no pudo ignorar. Ella y Emily habían estado distantes últimamente, y aunque había intentado no darle demasiada importancia, ahora que veía a Emily tan cómoda y relajada con Malia, no podía evitar sentirse desplazada.
Se acercó disimuladamente al grupo, fingiendo que solo quería unirse a la conversación.
—¿De qué se ríen? —preguntó Ruby, con una sonrisa que no llegaba del todo a sus ojos.
Malia la miró y le devolvió la sonrisa. —Estaba diciéndole a Emi que su disfraz es lo máximo. La verdad es que le queda genial, ¿no crees?
Ruby asintió, pero su mirada se desvió hacia Emily. —Sí, siempre le quedan bien las cosas —dijo, tratando de sonar despreocupada.
Sin embargo, Emily notó el tono en la voz de Ruby. Había algo raro, pero decidió no darle importancia en ese momento. Después de todo, ella estaba disfrutando la compañía de Malia, y no quería arruinar el ambiente.
A lo largo del día, Emily y Malia continuaron con su buena química en cada escena. Durante los descansos, seguían hablando, compartiendo historias y riendo juntas, lo que solo hacía que Ruby se sintiera más y más excluida. Cada vez que Ruby intentaba unirse a la conversación, sentía que no encajaba del todo, como si hubiera perdido su lugar con Emily.
En uno de esos momentos, mientras Emily y Malia bromeaban sobre una escena de acción mal coreografiada, Ruby decidió intervenir.
—Emily, ¿puedes ayudarme a repasar mis líneas para la siguiente toma? —preguntó, con la esperanza de que eso las acercara nuevamente.
