03

130 11 0
                                    






⇨♡⇦






Donghyuck entró en pánico y en su pánico intentó llamar a la casa de Jaemin tres veces. Pero solo escuchó al contestador. Colgó el teléfono lleno de frustración, su estómago estaba hecho un nudo. No podía creer que hubiera invitado a Jaemin a ir a su casa. No podía creer que Jaemin fuera hasta que escuchó el timbre de la puerta.

Muy bien, contestaré, estaré calmado, lo haré como si esto se tratase de una broma. Cuando abrió la puerta, Jaemin estaba parado del otro lado con esa gran presencia que lo caracterizaba y se veía sensacional, vestido en jeans negros y una camisa de seda roja. Le entregó una rosa azul.

—Lo lamento, —dijo con una sonrisa—. Te hubiera traído una docena, pero a esta hora no hay muchos lugares abiertos. Encontré ésta en una tienda abierta las 24 horas.

Donghyuck se la acercó a la nariz.

—Amo las rosas azules. ¿Cómo lo supiste? —Abrió la puerta y lo dejó pasar.

Jaemin cerró la puerta al entrar.

—No lo sabía — admitió—, Era la única que tenían además de una amarilla y…

—Se supone que debías decir que son únicas como tú.

—Bueno, iba a hacerlo, pero supuse que lo considerarías como un cliché y entonces…

Donghyuck rió.

—Sí, suena un tanto cursi, ¿no? Deja que la ponga en agua, vamos pasa, —Donghyuck dijo dirigiéndose a la cocina.

Jaemin le siguió silenciosamente.

—Jaemin, escucha, estábamos bromeando en el teléfono, pero…—Al darse la vuelta Jaemin se encontraba justo detrás de él, su corazón comenzó a latir salvajemente en su pecho.

—¿Quieres que me vaya ahora?

—No, podemos tomar algo y… —Donghyuck tomó un florero de una mesa y lo llenó de agua. Trató de colocar la rosa dentro, pero su mano no dejaba de temblar y continuaba fallando, golpeándola contra la superficie de la mesa. Jaemin se le acercó por detrás. Acercó su brazo y colocó su mano sobre la suya, después introdujo la flor en el florero. Donghyuck inhaló profundamente.

El cuerpo entero de Jaemin estaba presionándose contra el suyo. Su erección estaba rozándose con su trasero.

—Te deseo, Donghyuck. ¿Puedes sentirlo? —Movió el cabello de Donghyuck de su cuello y presionó sus labios contra él. Un escalofrío recorrió su espina. Las manos de Jaemin se colocaron sobre sus caderas y puso su trasero contra su entrepierna. Volvió a colocar los labios en su cuello. — Bésame —le ordenó, dando la vuelta a Donghyuck entre sus brazos—. No temas, bésame.

—No tengo miedo, yo… —Donghyuck le miró a los ojos, totalmente indefenso—, yo… —alzó una de sus manos y tomó un poco de su cabellera entre sus dedos—.

—Eres increíblemente Donghyuck

Una mano se acercó a la nuca de Donghyuck y la boca de Jaemin se presionó contra la suya en un beso brutal, demandante y apasionado. Caminaron hacia atrás hasta que se chocaron contra un armario, la boca de Donghyuck se abrió ante el ataque.

Una mano se movió debajo de su camisa, acercándose a su pecho, acariciando ligeramente uno de sus tetillas, la otra se enterró en la cabellera de Donghyuck mientras el beso se volvía aún más profundo. La lengua de Jaemin se movía peligrosamente alrededor de la suya. Dios, sí que sabe besar. La mano que estaba en su pecho bajó hacia su estómago. Jaemin gimió algo contra su cuello, luego se alejó un segundo, ambas manos comenzaron a desabrochar el cinturón de Donghyuck

Otro | NahyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora