Capítulo IV: Obsesión.

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Jungkook estaba un poco ido, su reciente orgasmo y la sensación electrizante de finalmente tener a Kim para sí mismo, lo hizo creer que había escuchado mal.

Aún así, su corazón latía con fuerza al escuchar su nombre en los labios de Taehyung.

Estaba demasiado seguro que el menor no lo conocía como para reconocerlo en caso de que viera su rostro y aquello le estaba taladrando la cabeza.

Taehyung se incorporó como pudo, temiendo la reacción del azabache ante el nombre que salió de su boca.

—Y-yo... —intentó buscar en su mente alguna manera de salir de esa situación.

—Repite lo que dijiste —la voz de Jungkook salió amenazante.

Todo rastro de excitación se había ido.

—Lo siento, no quise decirlo —repuso Kim con rapidez—. Fue mi error.

La respiración de Jungkook se aceleró, no entendía bien qué estaba sucediendo. Lo único que supo en ese momento es que había perdido el total control de la situación y estaba más perdido que nunca.

—Taehyung —siseó molesto.

El castaño se mordió el labio, indeciso. Sabía lo que él otro buscaba, una explicación.

¿Sería capaz de decirle todo? La verdad es que él, aún estaba procesando algunas cosas, pero simplemente no quiso pensarlo mucho y se dejó llevar.

—Habla, maldita sea —siseó Jeon arrastrándose hasta la cama y tomando el mentón del castaño.

Taehyung finalmente pudo ver aquellas facciones que ya conocía. Tenerlo cara a cara lo hizo temblar y sentirse intimidado con los profundos ojos grandes que lo miraban.

«Me miran a mí»

—Y-yo... te reconocí por tus tatuajes —susurró bajando la mirada hacia la mano que le agarraba el mentón.

—¿Qué?

Jungkook miró su mano adornada con sus tatuajes, nunca se preocupó por ello por la simple razón de que el presidente del comité estudiantil, nunca lo había volteado a ver y por ende no sabría quién era, al igual que los demás.

—No lo supe hasta hoy, cuando me hiciste que te la chupara —el rostro de Taehyung ardió ante el recuerdo.

Jungkook lo soltó como si la piel del castaño le quemara, se alejó bajándose de la cama y le dio la espalda.

¿Cómo...? Ni siquiera sabía qué pensar, seguro que ahora que sabía quién era lo acusaría con la policía y esta vez sus padres no podrían salvarlo. Había asesinado el doble que antes y eso ya era demasiado arriesgado.

—Jungkook...

—Cállate —gruñó el azabache sintiendo como su corazón se aceleraba.

Siempre deseó escuchar a Taehyung decir su nombre y ahora que lo escuchaba no podía evitar emocionarse y sentirse tan extasiado.

—No diré nada —dijo Taehyung haciendo que el mayor se girara.

El ceño de Jeon se frunció mientras miraba a Kim con expresión confusa y desencajada.

Tae sonrió y ladeó la cabeza, de alguna forma toda esta situación era irónica y muy cómica desde su perspectiva.

—¿Por qué?

Ghost obsessed | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora