Capítulo 5

340 35 8
                                    

Aprendiendo a mirar la muerte a los ojos, porque ella siempre me devuelve la mirada.

Elena.

La iglesia se siente solemne, como en vuelta en una quietud sepulcral. Estoy sentada en una de las primeras filas, llevo mi vestido negro manga larga, mi gafa negra y mi botas de Mary Jane.

Isolde Ashford, la madre de Helen, está rezando su rosario de cuentas negras, mientras lo sujeta con manos temblorosas. En el centro está la ataúd donde yace Helen; desde aquí puedo verla con su piel pálida, lisa y tersa. Por primera vez, veo a Helen tan angelical, porque en vida fue una perra conmigo. Su rostro en calma oculta un gran misterio de su muerte.

—Esa mañana, antes de ir a la escuela, habíamos planeado una noche de chicas... me pidió que pasara más tiempo con ella.— mi mirada se encuentra con la de Damon, el cual está parado conversando con Ricardo Ashford mientras me observa.

—Lo lamento mucho... no sé si exista algo para aliviar su dolor.—sé que ahora mismo no hay nada, perder a una persona importante en tú vida es la cosa más jodida.

—La cosa es que no hay nada que llene este vacío, y joder, esto no debería ser así.—Con nudo en la garganta fijo la mirada en mis dedos mientras juego con ellos en mi regazo.

—Nunca fuimos unidas, fuimos compañera de clases. Llegamos a pasar tiempo juntas, cuando fue novia de Daniele por un tiempo.

Me acuerdo que esa vez a Daniele le agradaba Helen en verdad, aunque la mayoría de veces me decía cosas ofensiva cuando sentía celos de mi y Daniele.

—Helen era una chica alegre, le gustaba siempre ir de fiesta, salir con sus amigas, pero también cargaba demasiados secretos.— Isolde levanta su vista y me mira a los ojos.

Un escalofrío me recorre la espalda y de repente me siento con temor, mis ojos buscan a Damon, el cual ahora está conversando con mi hermana.  Trato de controlar los nervios y relajar mi rostro.

—¿Secretos cómo?.— en realidad dudo que vaya a decirme algo, ahora mismo su mente debe estar lejos, la pobre está destrozada.

—Esa nota... la cuál dejaron escrita con la propia sangre de Helen, deja claro que ella no se suicido. Estoy segura que la muerte de mi hija, no fue el destino quién la dejó en esa ataúd, hay algo más.— ahora mismo siento una punzada de inquietud.

¿Y si el asesino está entre nosotros?

****

Camino hacia la parte trasera donde veo a Daniele sentado en el suelo con su vista en el lago, me dejó caer a su lado inclinando mi rostro hacia el sol.

—¿Cómo lo llevas?. Sé que en su momento la quisiste mucho y aún después de que hayan terminado, seguían pasando tiempo juntos.— me mira con una expresión agotada.

—Se siente extraño, Elena. Todo me parece irreal.— a mi también me parece todo irreal.

—Te entiendo.— el lago se siente más tranquilo de lo habitual.

—Y dime Elena, ¿No la odiabas un poco? Helen era un puto dolor de trasero.— ambos reímos.

—Es complicado. En varias ocaciones no la soportaba y más en clases. Pero en el fondo me agradaba, simplemente en ese entonces era Helen, siendo Helen.— en realidad me agradaba, en ocaciones. Danielle asiente.

— Las personas así, tienen una manera muy extraña de quedarse en tú cabeza, e incluso cuando te hacen la vida más complicada.— asiento, mientras absorbo sus palabras.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Seducida por la oscuridad +18 |libro +1| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora