09

143 18 11
                                    


Los gemidos de Bill resonaban por toda la habitación, estaba siendo bruscamente embestido por el mayor quien se estampaba por completo contra él, era la cuarta ronda de sexo que estaban teniendo, ambos se habían necesitado tanto qué no podían parar, tomaban pequeños descansos, conversaban y al final terminaban así.

No se quejaban pues ambos realmente disfrutaban eso.

—¡Ford!—. Gritó Bill sintiendo como su orgasmo llegaba aferrándose a la espalda del mayor quien gruñía gustoso.

Los gemidos y gritos del rubio se hicieron más constantes e incluso este se mezclaba entre sollozos que este soltaba por el excesivo placer que lo abrumada.

Al llegar ambos a su orgasmo se abrazaron con fuerza tratando de recuperar su aliento, Bill temblaba con violencia mientras que Ford se hundía por completo en el estrecho interior del menor quien lo recibía completamente gustoso. Al estar ya más calmados ambos se miraron antes de unir sus labios en un profundo beso.

Estaban sumidos en su propia burbuja, se habían extrañado, no querían perder ni un solo segundo de sus vidas pues sentían valioso cada momento que estaban pasando juntos.

Stanford quería dejar completamente de lado sus pensamientos y disfrutaría del hermoso ser que se mantenía debajo de él, verlo de nuevo ahí con él, tan frágil solo para él, lo hacía sentirse muy bien, demasiado bien.

—No has comido nada.—Dijo el menor con preocupación levantándose de su lugar haciendo que el castaño se mantuviera sentado sobre el sofá.

En el momento que el rubio se quiso poner de pie se tambaleó a la vez que se quejaba un poco, siempre que estaba con Ford todos sus sentidos estaban al cien porciento y podía sentir hasta la más mínima sensación, y por ello en ese momento su trasero dolía.

Muchos años que no lo había utilizado y ahora estaba maltratado, no se quejaba, estaba agradecido con todos los demonios por ello.

—Ven aquí.—Lo atrajo el castaño posandolo sobre sus piernas abrazándolo de la cintura.—Yo ya comí... muy bien.

El mayor ronroneo y Bill soltó una risa sintiéndose encantado por tener a Ford así de nuevo.

Había extrañado por completo esa faceta de él.

—Debes de comer comida... ¿No tienes hambre? —Bill dejó unos pequeños besos en los labios del mayor sintiéndose muy feliz, lleno de amor por él.

Ni loco lo volvería a perder.

—Aún no, yo te lo diré, quiero seguir contigo.—Ford lo atrajo de nuevo y comenzó otro feroz beso apretando al rubio a su cuerpo llevando por inercia sus manos a sus glúteos.

Pero justo en ese momento sintieron como el lugar temblaba por completo como si hubiese recibido un gran golpe, ambos se miraron con duda, de inmediato el rubio se puso de pie y detrás de él el castaño, se asomaron por una de las ventanas de la habitación notando como la cabaña del misterio estaba convertida en un gran robot de lucha construida con diferentes extremidades.

Causaba escalofríos pero aun así Ford se fascinó por ello, ¿como habían logrado eso?, estaba completamente seguro que Dipper tenía mucho que ver en eso.

Y tal como lo pensó, pudo ver como sus sobrinos salían de la cabaña gritando para encontrarse con Bill.

—Tenemos... tenemos que ir a hablar con ellos—. Dijo Stanford posando su mano en la espalda baja del rubio quien le miró con nerviosismo.

—No les agrado mucho... ¿Crees que me escuchen?

Stanford lo atrajo para darle un fuerte abrazo dejando un beso fugaz en los labios.

—Tendrán que escucharte, nos escucharan, estoy seguro que ellos entenderán y tu... debes parar todo esto de una vez.

Bill asintió suspirando y ambos sintieron un nuevo temblor en el lugar, tenían que apresurarse.













_____________________ ☆

LLEGARON LOS GEMELOS AL RESCATEEEE Jajdhjaja como creen que reaccionen?!

Gracias por leer y todo el apoyo que me están dando! No saben lo feliz que me hacen. 💌

Dudas, comentarios e insultos a la escritora, aquí 💌

—Bibi_SADNESS (Mokka)

TOXIC || BillfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora