3. Todo lo que pasó ese catorce de febrero

1 0 0
                                    


Habia esperado mucho tiempo para salir de esa asquerosa celda. Tres años viendo a mis unicas dos compañias a traves de una pantalla. Pero porfin se habia acabado, los policias y el juez todavia sopesaban la oportunidad de quedarme alli mas tiempo, pero para mi sorpresa, James fue el que me saco. No tiene ningun sentido, lo se, tan solo un dia antes me estaba diciendo que me pudriera en la celda, pero por alguna razon que el mismo no me quiso explicar, me dejo libre. Lo agradeci internamente, como era obvio, pero la duda me carcomia cada vez mas.

Sali de la carcel expresamente el catorce de febrero. Al salir, no podia creer que estaba alli con ellos sin un policia detras de mi, era surrealista. Olivia contenia su emocion de forma poco disimulada.

–Will... Dios mio... Porfin estas aqui.

No espero a que reaccionara, me beso en la mejilla y me abrazo bruscamente. Pude sentir todo lo que hace tres años no sentia. Su perfume Yves Saint Laurent filtrandose del todo en mi nariz, en mis brazos, en mi mente. Al separarnos aprecie todo en ella, rasgos de insomnio en los ojos, brazos cansados y sonrisa amable. Esa era ella.

Jacob me dio un abrazo de oso durante un largo rato, yo tambien le habia hechado de menos. El era el Ned de mi Peter, el Howard de mi Raj, ... El lo era todo para mi. Y siempre lo seria.

Nos dirigimos a casa de Jacob a dormir, ya que sali de la carcel a las tres de la madrugada, y todos necesitábamos dormir. Aunque, en cierto modo, yo no dormi toda la noche. Es una larga historia, pero os la contare.

La observé detenidamente cuando entró por la puerta. Tan solo llevaba una básica sudadera gris, algo sencilla para la ropa que ella solía ponerse, pero por alguna razón, ese día la vi más guapa que nunca.

Acababa de volver de quitar la nieve del tejado, se la veía cansada, y todavía tenía los labios rojizos del frío. Me echó una mirada distraída, sin mucho que decir. Analizó el dibujo de mi camiseta y se acercó a mi lentamente. Sus zapatillas deportivas tocaban el suelo y cada vez lo veía todo más borroso, más tranquilo, mas especial. Acomodo su cabeza en mi cuello y empezo a trazar circulos sobre mi mandibula, haciendo que esta se tensara un poco. Me giré para observarla mejor. Olivia no solo era guapa, no era la tipica chica guapa simple que veias por la calle. Era una persona que impresionaba al verla, podrias pensar que era una supermodelo antes de añadir algo mas. Esa era una de las razones por las que no entendia que hacia con el aburrido y pringado de Will Autumn. Volviendo a la situacion, Olivia agarro mi menton con fuerza y me acerco hacia sus labios creando un beso suave.

–Hola –si, eso fue lo unico que salio de mi boca en ese momento. Algo patetico, me atrevo a decir.

–Hola a ti tambien –supuse que se tomo mi saludo como algo ironico, porque creó una sonrisa divertida.

–Perdona que te lo pregunte, Liv, pero... –la observe algo atonito. – Joder, ¿qué haces yendo a quitar la nieve del tejado a las once de la noche solo con eso?

Forzó una risa suave y neutral, y mas tarde hizo gestos como si la hubiera ofendido. Sonrei a sus ojos verdes.

–¿Qué dices? ¿Estoy preciosa, vale? No tengo botas para estar aqui...

–Ah... Espera... ¿Que? Ni siquiera has traido ropa de nieve? Estamos en Canada, sabes?

Empezamos una guerra de almohadas algo absurda, que de una simple guerra de crios se convirtio en un dia muy especial.

Decidi poner algo de musica, y tan pronto como encendi el altavoz mpezó a sonar la cancion que ella tanto odiaba, pero que de lo contrario yo adoraba. I wanna be your slave del grupo Måneskin. Era una cancion exotica, rockera, genial. Empece a cantar la melodia de la cancion enfrente de la cara de culo que me estaba poniendo Olivia mientras lo hacia. Me pidio que por favor cambiara la cancion, que esa no le gustaba, pero me limite a taparle la boca con la palma de mi mano y seguir cantandola a todo pulmon.

I wanna be your sex toy, I wanna be your teacher, ...

–Curiosa elección de letra, amor. –me sonrio de forma algo divertida.

Mierda. ¿Sabes ese momento en el que cantas algo y ni siquiera te fijas en que es de verdad lo que estás cantando?

Pues, no seré yo el traductor, pero I wanna be your sex toy no es un tema adecuado para hablar con tu novia la primera vez que estás con ella solos en tu casa.

La verdad es que siempre me ha costado hablar de sexo. Es algo un poco superficial, a mi parecer. Creo que es cuestion de presion social querer hacer... eso o no. Pero ese dia descubri que estaba equivocado. En ningun momento senti ningun tipo de presion para hacer nada con Olivia, todo fue perfecto. Nos sentimos comodos juntos, y supe que hice lo correcto cuando ella exclamo:

–Gracias.

Me gire distraidamente hacia ella. Al principio no entendi muy bien el agradecimiento. Porque?

–Porque? –repeti pero esta vez en alto.

–Por hacerme sentir asi, tan querida, tan especial. Te juro que nunca hubiera hecho... eso si no me sintiera tan comoda. –me agrado que a ella tambien le costara pronunciar la palabra. –Te hechaba de menos.

Me senti tan bien en ese instante, sabía que había hecho las cosas bien. Yo tambien la hechaba de menos, mas que nunca. Yo aun seguia sin camiseta y Olivia tenía el pelo revuelto, cuando de repente, sonó la puerta. Os presento a mi hermano. 

El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora