Y ahi estaban. Los Autumn y los Brown. Como si fuera una batalla entre ellos. Siempre senti una diferencia significativa entre mi familia materna y paterna. Mi familia materna, los Brown, era como si cogieses a todos los integrantes de la casa Hufflepuff de Harry Potter y los unieras en un vinculo familiar. A todos se les notaba que eran buenas personas. Humildes, amables y generosas. Cuando se enfadaban, era por cosas sensatas, pero pronto se reconciliaban. Por otro lado, mi familia paterna, los Autumn, era todo lo contrario. Imagina al Capitan Garfio y a Lady Tremaine siendo parientes. ¿Ya lo has hecho? Así era mi familia paterna. Eran literalmente personas dominadas por la ambicion y el poder. Cegadas por su orgullo, sus reglas y sus más grandes logros. Exhaustos por coneguir riqueza, reconocimiento, grandeza en general. Era gente peculiar. Pero despues de todo seguia siendo mi familia. Mientras tanto, papa me miraba raro, como si fuera un extraterrestre recien llegado a la Tierra desde el espacio. Recalco que estabamos en el evento mas pijo que nunca podras llegarte a imaginar. Pues si. Estabamos en un partido de polo. Olivia y yo parecíamos Vanessa y Dan de Gossip girl. Pobres con vida de ricos, vamos. El unico dia que tenía para salir de ese horrible lugar que me llevaba carcomiendo el cerebro desde hace tres años, y era para un ridiculo partido de polo. ¡Ni siquiera jugaba! Solo que si tu familia tiene un pasatiempo, deberías apoyarlo.
Perdón, estas obligado a apoyarlo. Y mas si tu padre es un hombre codicioso al que se le ocurrio la brillante idea de invitar a la prensa para que sepan lo horrible que es tener un hijo que esta en la carcel por las drogas. El solo quería avergonzarme. Pero si luego tu eres el que tiene el pasatiempo, que te den. Asi funcionaba esto. Si no quieres quedarte, vete. Y si no quieres quedarte solo, quedate con tu familia aunque no sea la mejor.
Mi padre nunca vino a mis partidos de futbol cuando era pequeño, los unicos que lo hacian eran Dave y Ryan, los padres de Olivia. Ni siquiera venia a verme a mis actuaciones, parece que no le enorgullecia tener un hijo que aspiraba a ser cantante. Mi madre se excusaba con el trabajo, pero yo sabia perfectamente que no tenia nada que hacer, solo se libraba porque sabia que Dave y Ryan vendrian. Ni las dos miseras compañias que tenia podian llegar a entender lo que se sentia cuando no tienes a tu lado ni una pizca de amor maternal. Ni Olivia podia entenderme.
Mis padres eran mas insignificantes para mi que cualquier otra cosa en el mundo. Y eso no era lo mas triste de todo. Nunca me han llamado por telefono ni me han escrito un mensaje desde que entre en la carcel. Nunca se preocuparon por mi, pero eso fue antes de estar entre rejas.
Jacob, mi hermano, era lo único que tenía en términos familiares. Mi familia materna estaba bastante distanciada de mi, pero no exactamente porque ellos quisieran. Se sentían tan mal por mí que intentaban no hablar conmigo porque pensaban que ellos habían tenido que ver con mi ansiedad por la familia. O al menos eso es lo que decia Olivia. Sentía tanta rabia, tristeza y compasión por esta absurda situación. Quería salir corriendo, abrazar a todo aquel que quería con mi alma y volver a casa. No pedía nada más. Solo pedía amor. Afecto por algún maldito ser humano. Y que la prensa me dejara en paz, que se buscasen su propio escándalo. Su propia mierda para poder grabar.
Retire un poco mis sentimientos reprimidos en un pequeño no tan pequeño suspiro. A lo lejos, en la grada, vi a mi tio. Mi tío Edward era una de las mejores personas que había conocido en mi vida. No le veía mucho pero cada vez que lo hacia, las preocupaciones no existían, desaparecían. No pensaba en nada más, solo que estaba con uno de mis ídolos como única figura paterna. Con el sentía todo lo bueno del mundo. Le hice un pequeño saludo y me sonrió ampliamente. Seguramente no podrás creer que quiera más a mi tío que a mi propio padre, pero es así. Empezaba a creer que ni siquiera quería a mi padre. Pero no. No podía ser. Siendo sincero, soy la única persona en esta familia que es suficientemente buena persona como para querer a alguien incluso si esa persona no me trata bien.
Pero la realidad estaba ahí. Mi padre se estaba acercando a mi. Jack Autumn. Tenía nombre de empresario multimillonario. Y lo era. Un muy buen empresario. Pero no lo suficiente para ser un buen padre. Pelo negro, mirada poderosa y traje azul marino, Giorgio Armani del setenta y seis. Se acercaba a mi con una mirada indiferente, no sabías si iba a abrazarte o a pegarte, era un hombre confuso. Cuando estuvo lo suficientemente lejos de la prensa, me acaricio el hombro y me susurro :
–Will, estás estupendo. –me sonrió de forma fría. –Que tal va todo?
Me quedé petrificado ahí mismo. Estaba actuando como si fuera mi amigo, y no había cosa que más odiara que esa. Jacob hizo un ademán de saludarme en la lejanía pero su sonrisa se convirtió en la cara más seria que nunca le había visto a mi hermano y corrió hacia donde estábamos papá y yo. Supuse que se percató de la aparición de mi padre. Mientras llegaba, intenté enfrentar a mi padre.
–¿Qué cómo estoy, papá? ¿Que como estoy? Pues estoy en la cárcel, por si no te habías dado cuenta. Estoy deprimido. Estoy malgastando mi único día libre para que vengas a hacerme la pelota? Pues va a a ser que no.
Sentía furia en sus ojos. Ya no intentaba ser amable. En ese plazo de tiempo estaba empezando a temblar, no me encontraba bien. Por un momento incluso se me olvidó que Jacob corría hacia nosotros al estilo de Flash.
–Jack! –Jacob no llamaba papá a nuestro padre, perdía interés por darle esa muestra afectuosa. –No tienes derecho a hablar con tu hijo cuando no le has dirigido la palabra desde los ocho años, me has oído? –le miro de una forma extremadamente impactante que en ese momento no pude descifrar. –Will, vámonos.
Me agarró el brazo de una forma algo brusca, pero lo entendí por la situacion. No apartaba la mirada de mi padre. Se notaba que estaba furioso.
–Solo quería saber sobre la vida de mi hijo después de tres años sin verle, acaso no puedo?
–Pues claro que no! –dijo Jacob chillando como un crío. –Sabes lo que hiciste, Jack? Hiciste que tu hijo pequeño cayera en una depresión porque su padre no le quiere, y me hiciste cambiarme mi apellido a Brown, porque no quiero tener nada que ver contigo. Sabes lo que es eso? Claro que no. Porque tu siempre has tenido tu adorada perfeccion. Pero nosotros no y no puedes ni hacer un ademán de entenderlo.
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El precio del amor
RomanceWill es un chico normal, si lo normal es estar en la cárcel y odiar a tus padres. Su novia, su hermano y sus amigos son lo único que tiene en ese difícil momento. Aceptar una muerte de un ser querido y seguir adelante no es fácil, pero para que está...