Rosas

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Oí el timbre sonar, ese que le daba el final a un día escolar.

—Nos vemos mañana, chicas —me despedí de mis amigas mientras me colgaba mi mochila y salía del salón.

Mientras caminaba apresurada por los pasillos pensaba en lo mucho que ansiaba volver al laboratorio hoy, había planeado ir con Satoshi al cine, puesto que Gou estaba ocupado en el proyecto Mew.

Él eligió la película, aseguró una y otra vez que quedaría encantada. En realidad fue una escena muy tierna pues parecía un niño pequeño cuando lo decía.

Últimamente salíamos muy seguido, ya fuera a misiones que nos encargaba papá o simplemente a donde el viento nos llevara; lo que normalmente resultaba en Satoshi combatiendo con otros participantes del torneo mundial de coronación.

Mientras caminaba vi un puesto que vendía galletas con chispas de chocolate, lo primero que pensé fue en que querrías unas por lo que compré una bolsita llena de estas para compartirlas. Seguro te gustarían.

Cuando llegué me recibió Yamper, quién ladraba eufórico por mi llegada y jugaba entre mis pies mientras subía las escaleras.

—¡Hola, Koharu! —Te escuché gritar desde la entrada, el escándalo de Yamper te había hecho salir.

Una sonrisa se dibujó en tu rostro al verme llegar por lo que no pude evitar sonreírte de vuelta.

—¡Satoshi! —contesté mientras alzaba un brazo para saludar.

Llegué arriba y entré al laboratorio contigo, me preguntaste sobre la escuela, algo que nunca habías hecho antes por lo que gustosa respondí y te conté sobre mi día allí.

—Suena muy difícil todo eso —respondiste confundido.

—En realidad no lo es, yo podría enseñarte algunas cosas si quieres —dije demostrando amabilidad.

—Quizás luego, después de derrotar a Lionel. —Siempre que hablabas sobre eso te veías tan emocionado. Algún día te preguntaría para entender toda esa emoción.

—Esta bien. —Me quedé unos segundos pensando—. Es cierto, ¿que película veremos?

—Es sorpresa —respondiste sonriendo.

Me esperaba la respuesta, pero tenía esperanza de que finalmente me lo dijeras. Suspiré en signo de derrota y salimos con los pokémon del laboratorio.

Estando afuera servimos comida a todos y nos sentamos un rato para verlos jugar y divertirse.

—Es gratificante —dijiste y te recostaste en el pasto, yo giré la cabeza para poder verte—, los pokémon son increíbles.

Asentí y entrecerré los ojos, recargue mis brazos en la yerba y dejé que la luz proveniente del exterior golpeara mi rostro, sólo disfrutaba el momento contigo. Me acostaría pero no aguantaría la picazón en el cuerpo después.

El clima era perfecto para quedarse dormida, y pasó. Cuándo desperté Satoshi ya no estaba, sólo se encontraba Eevee acostada a mi lado.

Miré la hora en mi rotom phone, ¡eran las cinco de la tarde! Me quedé dormida por casi dos horas y lo peor era que la película comenzaba en una hora.

Entré apresurada en dirección a mi habitación del laboratorio al menos para cambiarme de ropa. Cuándo abrí la puerta de madera me encontré con algo que me impidió reaccionar al momento.

Posado sobre las sábanas se encontraba un hermoso ramo de rosas, avancé dentro de la habitación hasta quedar de frente a las flores.

—¿De quién es esto? —dije en voz baja.

Miré un trozo de papel doblado a la mitad a un costado, lo tomé y desdoble con delicadeza para no maltratarlo.

Para: Koharu
De: Satoshi

Espero te guste el regalo, Koharu. Nos vemos más tarde.

Me puse roja al leerlo, eso lo supe al sentir mis mejillas arder. No estaba soñando, él me regaló flores, ¿acaso podía ser más lindo?

Ya iban varias veces que Satoshi hacía cosas lindas para mí, creo que era muy obvia la razón. Sólo para salir de dudas, le preguntaría en el cine.

Puse las rosas en un florero y terminé de arreglarme, me despedí de Renji y Kikuna, que estaban trabajando en el laboratorio y me dirigí caminando al centro de ciudad Carmín.

Al llegar al frente del cinema lo vi, parado en una esquina vistiendo su polo y su gorra, paseando su mirada de vez en cuando buscando mi presencia.

—¡Satoshi!

Volteó hacia mí y sus ojos reflejaron su bello color café. Me acerqué rápidamente hasta estar frente a él; ninguno dijo nada.

—Me gustaron mucho las rosas —dije con una voz aereada, casi susurrando.

—Me alegro, Koharu —dijo. Sentí como sus dedos se envolvían con los míos y de igual manera me aferré a su mano.

Y me dejé llevar, me paré de puntitas para alcanzar su rostro y uní mis labios con los suyos. Fue sólo un instante, pero eso fue suficiente para declarar mi amor. Ver sus ojitos brillando y el sonrojo en su rostro satisfizo mi corazón.

Tomó mi mano con más fuerza y me guió hacia la sala. Apoyé mi cabeza sobre su hombro mientras caminábamos a un nuevo futuro, juntos.

Nota: Les dejo esto para compensar el tiempo que llevo sin sacar un fanfic.

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⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

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