𝗢𝘂𝗿 𝗹𝗶𝘃𝗲𝘀, 𝗢𝘂𝗿 𝗟𝗼𝘃𝗲|𝗖𝗼𝗻𝗻𝗲𝗿 𝗞𝗲𝗻𝘁|

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𝒯𝒽ℯ 𝒫𝒶𝓈𝓉
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➤|ADVERTENCIA!!...
--HOLA, ESPERO QUE ESTES DISFRUTANDO DE ESTOS PRIMEROS CAPITULOS.
LES HE DE INFORMAR QUE ESTE CAPITULO TIENE COMO CONTENIDO AGRESIÓN FISICA, EMOCIONAL Y MENTAL; CONTIENE TAMBIEN LENGUAJE INAPROPIADO Y ABUSO SEXUAL.

RECUERDA QUE LEER ESTE CAPÍTULO ES BAJO TU PROPIA CONCIENCIA!!

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ℳ𝒶𝓇𝒾ℯ
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                     DESPUES DE AQUEL SUCESO y esas palabras, nos fuimos, si, nos fuimos.

Los dos me dijeron que teníamos que esperar a la Liga, pero yo no iba a esperar, no más.

Ya había esperado suficiente a un héroe para que al final no me salvará.

Déjenme hacerles una pregunta.
¿Qué pasa cuando un héroe te salva?
La respuesta que más común es: Tengo una mejor vida.
Y la respuesta menos común es: Me dio otra oportunidad.

Pero ninguna es la correcta.

Cuando un héroe te salva tienes que esperar, tienes que esperar a que escoja.

Salvarte o salvar a los demás.

Y ahí es donde se derrumbaba todo.

Cuando te escoge a ti, sigues bien. Tu, tu cuerpo, más tu vida ya no. Tu vida se arruina, se destruye, y todo gracias a el héroe, aquel que te salvó.

Cómo me pasó a mi.

Recuerdo bien ese día, ese maldito día.

Era mi yo de ocho años apenas, yo era muy inteligente en esa edad, era una mini adulta.

Ese día recuerdo que estaba enfadada y decepcionada con Bruce, en ese tiempo, mi padre. El se olvidó de asistir a mi cumpleaños, el cumpleaños donde íbamos a ser solo el y yo, cosa en la cual falló.

Salió a uno misión en la cual, como había prometido, iba a durar tres días y regresaría para mí cumpleaños. Pero al no verlo al día siguiente hizo que mi corazón se destrozara.

Pero luego pensé que el se tardaría un poco. Vaya ilusa que era yo. El llamó a Alfred y le dijo que no llegaría hasta mañana, luego Alfred le preguntó enfrente mio que si recordaba que hoy era mi cumpleaños y Bruce solo soltó un quejido con un "Lo olvide". Ese día me sentí como una mierda, a pesar que me debía sentir bien.

Alfred, quién se quedó conmigo, me había consolado e intento hacer que la ausencia de mi padre no se hiciera notar, pero el sabia que eso era inevitable.

Tiempo después, llegó el momento de mi pastel, mi dulce y delicioso pastel de chocolate, mi favorito. Aún que estuviera triste no podía evitar el hecho del pequeño esfuerzo que estaba haciendo Alfred por mi. Yo siempre lo considere un abuelo.

Alfred, quién ya me había visto soplar las velas, sacó un pequeño sobre de su bolsillo y me lo entregó, no era capaz de verme a mi misma, pero sabía que un brillo salió de mis ojos. Un brillo que pronto acabaría.

—Ten...—. Susurró mientras tomaba una de mis manos y colocaba en ella el sobre. —Fue difícil escoger un regalo sabiendo que ya lo tienes todo, pero aún así hice el intentó.