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Ladybug la noche anterior le envió un mensaje a todos, concordando verse a las 2 pm en lo alto de la torre Eiffel, quien no pudiese llegar que avisara si podía.

Mientras tanto Luka le avisó a Adrien que estaba en París por el cumpleaños de su madre en unos días. Claro que su amigo no perdió el tiempo y lo invitó a salir un rato, podían dar un paseo, no le importaba si su padre no le daba permiso, ni siquiera desayunó con él. Couffaine aceptó así que le pidió a su guardaespaldas que lo llevara, valió la pena comprar varias figuras coleccionables en Londres. Una vez llegó a la casa/el barco, de su amigo lo llamó; estaba en la cubierta tocando la guitarra.

—Pensé que te tomaría más tiempo llegar— le dijo Luka al verlo mientras dejaba su guitarra en el estuche.

—No, pude apañarmelas bien— sonrió orgulloso.

—Me alegro, solo espero que no te cause problemas—

—No te preocupes. Por cierto cuando me hablabas del barco no pensé que fuera tan cool, con razón extrañabas tanto este lugar— observó a su alrededor curioso, más por qué estaba como lo describió, desordenado.

—Lo es, es relajante volver y espero poder quedarme a fin de cuentas ya me gradué de la escuela de música— esa fue su excusa para todos, fue a Londres a estudiar.

—Espero que sí, sería genial tenerte aquí, necesito mi compañero de baladas—

El pelo azul asintió por eso y sonrió, se esforzaría con Hawk Moth para atraparlo rápido.

—Vayamos, dijiste que viste una buena panadería, aunque creo saber cuál es la que dices— se preparó mentalmente en cuanto dijo que irían, no sabía cómo iba a reaccionar Tom al verlo.

—Sí, estoy seguro de que la conoces, quede fascinado con los macarons de maracuyá—

🐞

Marinette estaba a cargo de la panadería ese día, sus padres fueron a entregar un pedido para una fiesta. Al parecer Chloé planeaba algo interesante, ya que les había enviado una invitación a todo. En ella decía que era una fiesta de bienvenida para un amigo que posiblemente se quedaría en París, quería que conociera a otros. Todos sabían lo reservada que era ella, y que hiciera algo grande por alguien era impactante, sin embargo, nunca estaba de más tener amigos nuevos.

Estaba decorando un pastel cuando escuchó la campanita de la puerta sonar, alguien había entrado.

—Bienvenidos, en un segundo los atiendo— dijo sin voltear a ver.

—Wow, sí que tienes un don para eso, se ve increíble— no pudo evitar elogiarla Adrien al ver el diseño, se veía muy elegante.

—Gracias— levantó la vista para ver el cliente, ya que su voz le sonó familiar, pero al ver a Luka quedó en blanco.

—Hola, Mari, tanto tiempo— aunque se vieron en la noche, no había que mencionarlo ante el niño con alma de señora latina.

—Luka..—

Las miradas que se dieron le recordaron a Adrien como se miraron Viperion y ella… o dios, ahora todo tenía sentido, por eso era complicada su relación con ella.

Viperion y Luka luchaban por el amor de la misma persona.

—Eeh, ¿le quedan macarons de maracuyá?— intentó romper la burbuja, no sabía a cual amigo apoyar ahora.

—¿Eh? Ah, sí, no, espera— se había hecho un ocho en ese momento, sus emociones se revolvían al verlo —Lo siento, no hay, no hechos, se están enfriando—

Tiempo PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora